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Inflación y crecimiento, dos de los temas en la agenda económica de este 2010. Mientras la oposición insiste en agitar el fenómeno inflacionario como argumento en favor de frenar el gasto público y desalentar las políticas activas, el Gobierno insiste en apostar al crecimiento como herramienta para superar cualquier desequilibrio de la coyuntura. El ministro Boudou respondió sobre estos puntos y su interrelación con la política.

–¿La crisis política está afectando la evolución de la economía?

–No, absolutamente. Ya se está viendo la salida de la crisis internacional. La recaudación del primer bimestre ha sido un 20 por ciento superior a la presupuestada y vamos a crecer muy por encima de las previsiones presupuestarias del 2,5 por ciento. Lo que ocurrió con el turismo este verano no es un hecho menor. Se batieron record de utilización de hotelería y alquileres en todo el país. Esta es una clara señal de que la gente está mejor y que confía en que va a seguir así. Estamos ante un shock de consumo.

–¿A qué lo atribuye?

–Tenemos un crecimiento por consumo interno que ha sido apuntalado por medidas de carácter social que también revisten carácter económico: el crecimiento del sistema jubilatorio, la Asignación Universal por Hijo significan una adición al crecimiento del PBI en términos reales muy importante. Además, el impacto que tenga la cosecha este año va ser muy fuerte, no sólo por lo que agrega esto en términos de crecimiento del sector en sí, sino también por el efecto que tiene en otros sectores que generan puestos de empleo con mayor valor agregado, como la industria metalmecánica, la industria automotriz, en la de agroquímicos, en el desarrollo de otras actividades. Si concatenamos esto con la relación con Brasil, la industria metalmecánica va tener un desarrollo impresionante.

–¿Este shock de consumo está subiendo los precios?

–Desde luego que un consumo semejante tira los precios para arriba. En Mar del Plata aumentó un 40 por ciento la venta de ropa en términos reales y desde luego que también creció el sector gastronómico y muchos otros. Argentina está ante una oportunidad histórica y es que cuando comience algún tipo de puja, ésta no sea capturada por precios. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para sortear la crisis poniendo plata en los bolsillos de la gente y esto benefició tanto a los consumidores como a los empresarios. Ahora es el turno de que el conjunto de la sociedad argentina siga beneficiándose de estas medidas. Para esto necesitamos la responsabilidad de los empresarios, que no busquen capturar una renta subiendo los precios cuando esto no tenga ningún correlato con los costos.

–¿La Asignación Universal por Hijo fue el disparador del shock de consumo?

–Exactamente. Se empezó a ver en diciembre. Ante un shock de consumo, existe la tentación de aumentar los precios. Nosotros seguimos apostando al crecimiento armónico del país.