Domingo, 6 de julio de 2014 | Hoy
ECONOMíA › ARGENTINA BUSCA UNA ALTERNATIVA AL “CAMINO AL PRECIPICIO” QUE OFRECE EL FALLO DEL JUEZ DE NUEVA YORK
Argentina inicia las conversaciones con el mediador designado por Griesa. Qué solución puede ofrecer ese ámbito.
Por Raúl Dellatorre
El Gobierno inicia mañana las conversaciones con el special magister o mediador designado por el juez Thomas Griesa, Daniel Pollack, consciente de que es apenas “uno” de los niveles en los que se dirime el conflicto planteado por un sector del poder financiero internacional contra la reestructuración de deuda lograda por Argentina. El discurso que dio Axel Kicillof, ministro de Economía, esta semana ante la Asamblea de la OEA, marcó precisamente otra dimensión del problema, al reclamar una “acción urgente” de los gobiernos y los organismos internacionales ante “el precipicio” que plantea el fallo de Griesa. “Si no surge de un acuerdo entre los países de la región una propuesta de salida a esta encrucijada en la que la Justicia de Nueva York está sumergiendo a las deudas soberanas, muy pronto todos van a empezar a sentir las consecuencias”, advirtió un especialista de estrecho contacto con varios gobiernos de Sudamérica, consultado acerca del discurso.
Al interior del propio gobierno, y en particular en el Palacio de Hacienda, descreen que el escenario de la Justicia norteamericana, por sí solo, sea suficiente para que el país pueda sortear la difícil encrucijada que le plantea el fallo adverso del magistrado de Manhattan. El Gobierno hizo una apuesta fuerte esta semana, en la OEA, para abrir una ventana que permita el ingreso de otro tipo de respuestas. “Agradecemos el respaldo, pero venimos a reclamar soluciones urgentes, no sólo pronunciamientos”, dijo el ministro Kicillof ante el pleno de representantes. “Lo que necesitamos, lo que pedimos, es que la comunidad internacional actúe, que los organismos multilaterales actúen, y lo hagan pronto, antes de que el precipicio que establece el fallo del juez Griesa esté delante de nuestras narices.” La necesidad de encontrar nuevos mecanismos de resolución a los problemas de deuda soberana, en un marco de reglas hoy ausente, que preserve las políticas y las condiciones sociales y económicas de los países deudores, es uno de los temas en debate y en consulta, en estos días, entre gobiernos de la región y entre especialistas cercanos a aquéllos. El planteo que llevó Kicillof a la OEA fue un llamado de atención con respecto a que tales respuestas son imprescindibles “ahora” que Argentina está dentro del problema, y no “a posteriori”, cuando Argentina pase a ser “el caso testigo de las consecuencias de un sistema financiero desquiciado”.
La falta de “un conjunto predecible de reglas para la resolución oportuna, ordenada, justa y económicamente eficiente de los problemas de las deudas soberanas” ya había sido advertida por estudiosos e investigadores en Estados Unidos (Aldo Caliari, de la Universidad de Columbia, y José Antonio Ocampo, ex ministro de Hacienda de Colombia, entre otros). Incluso el FMI trató, hace años, de crear un marco jurídico para la reestructuración de deudas soberanas; planteo rechazado por Estados Unidos, que consideró que las soluciones contractuales en el marco del derecho privado, reconocido en las emisiones de deuda, lo hacían innecesario.
La amenaza que plantea el fallo favorable a los fondos buitre en Nueva York, sobre cualquier otra reestructuración de deuda, vuelve a traer el tema. Tal como se señala en las notas que acompañan esta página, el “dilema” no tiene solución políticamente viable en el camino marcado por el fallo de Griesa. La propuesta que el gobierno argentino hoy discute con otros gobiernos de la región, y que también es tema de consulta con los especialistas, es la necesidad de proponer ese nuevo “marco jurídico” que proteja las reestructuraciones de deudas soberanas, reconociendo el predominio de las “cláusulas de acción colectiva” (acuerdos con mayoría de acreedores) por sobre las acciones individuales de los holdouts.
“Hay conciencia de que el problema argentino no se puede mirar como simples espectadores declarando el apoyo desde afuera”, sostuvo el especialista mencionado, consultor de otros gobiernos de la región. “Bolivia y Ecuador acaban de emitir deuda en el exterior, ellos mismos u otros lo harán pronto, y saben que una resolución desfavorable para Argentina generará desconfianza contra todos”, señaló. Esa es la base del planteo argentino: si no se encuentra un mecanismo que limite el poder de los buitres, son ellos quienes terminan fijando las reglas para todo el sistema.
Argentina necesita una salida que no esté cerrada exclusivamente a “un buen acuerdo”, sino que la proteja de acciones que la vuelvan a desplazar hacia el “default”. En el marco regional espera encontrar respuestas más firmes de las que pueden ofrecer los tribunales de Nueva York.
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