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La producción industrial cayó en abril un 5,4 por ciento en la comparación anual, informó ayer el Centro de Estudios de la UIA. La caída frente a marzo llegó al 2 por ciento y en el acumulado del año la merma de la actividad manufacturera es de 2,3 por ciento en relación al mismo período de 2015. Sin embargo, si se descuenta el crecimiento que registró el complejo de oleaginosas a raíz de la mayor liquidación de la cosecha, la baja general para el período enero-abril es de 4,7 por ciento. El dato saliente de abril no es la caída de casi todos los rubros industriales, que es una constante en el año, sino el terreno negativo que registró la molienda de cereales y oleaginosas, luego del boom de los meses anteriores.

Según los datos de la UIA, el rubro que mostró la mayor caída en abril fue la producción de minerales no metálicos, con una merma del 24,2 por ciento. Se trata de la producción de insumos para la construcción, sector que cayó según el Indec bajó 24,1 por ciento en abril de forma interanual. En lo que va del año la construcción destruyó alrededor de 40 mil puestos de trabajo. Desde la Uocra y las entidades patronales advierten que un factor determinante en la caída del sector se vincula al freno en la obra pública que decidió el Gobierno nacional a fines del año pasado, aunque también influyó la merma en las construcciones privadas por la suba de los costos y las expectativas negativas sobre la evolución de la economía. El mes pasado también influyeron en el parate de la actividad las lluvias, profundizando aún más la crisis.

El sector de metales básicos, que fabrica insumos siderúrgicos, cayó en abril un 15,9 por ciento y la metalmecánica, un 10,2 por ciento. Ambos sectores se relacionan estrechamente a la marcha de la industria automotriz, que bajó un 0,4 por ciento, y a las ventas hacia Brasil. El país vecino está sumergido en una profunda crisis económica. Su industria cayó 9,8 entre enero y abril, que se monta sobre la merma del 9,9 por ciento en 2015.

Un dato novedoso de abril es que la molienda de oleaginosas, que había mostrado un gran dinamismo en el primer trimestre, registró una caída del 14,3 por ciento, lo cual impulsó a la baja el bloque de alimentos y bebidas hasta una caída del 8,2 por ciento. La UIA atribuyó esta situación “al inusual número de días de lluvias que se observaron en el centro del país”.

A pesar de la devaluación del peso y la eliminación de retenciones a la manufactura que aplicó el Gobierno a fines del año pasado, las exportaciones del sector industrial, sin tener en cuenta el complejo sojero, acumulan una caída de 14,7 por ciento, lo que demuestra su dependencia de la demanda de los socios comerciales.