Domingo, 3 de septiembre de 2006 | Hoy
ECONOMíA › EL GOBIERNO SE ENFRENTA AL SECTOR POR LOS CREDITOS HIPOTECARIOS
La Casa Rosada no había tenido cortocircuitos con el sector financiero, pero su deseo de que abaraten los préstamos para la vivienda desató una fuerte puja. El Nación prepara anuncios.
Por Claudio Zlotnik
Durante estos tres años y tres meses de gobierno, Néstor Kirchner y los banqueros no habían tenido cortocircuitos. Después de la crisis que sacudió al sistema financiero, los banqueros mejoraron paulatinamente la relación con la Casa Rosada. El comienzo de ese romance fue impulsado por la recuperación del negocio bancario: fuerte crecimiento de los depósitos, regreso de la confianza de los clientes, expansión del 40 por ciento anual de los créditos para el consumo, un escenario al que ahora se sumaron ganancias excepcionales. La suerte de los banqueros fue funcional al esquema económico. Mientras el jefe de Estado se enfrentaba a otros grupos, los hombres de la city porteña quedaban eximidos. Pero el escenario cambió abruptamente. En la superficie emergió una dura pulseada por los créditos hipotecarios, líneas que el Gobierno quisiera ver más accesibles. La pelea de fondo es muy similar a la que Kirchner ya mantuvo con otros sectores empresarios: ahora el Presidente siente que puede reclamarles a banqueros que en la mitad del año ya ganaron lo mismo que a lo largo de todo el 2005. La presidenta del Banco Nación, Gabriela Ciganotto, le presentó a Kirchner el plan de nuevos créditos hipotecarios que la entidad anunciará en los próximos días.
En el Ejecutivo tienen la convicción de que los bancos están en condiciones de hacer un esfuerzo para abaratar los créditos hipotecarios. Argumentan que los préstamos de corto plazo, ligados al consumo, les reportan cuantiosas utilidades. En promedio, la tasa de esas líneas se encuentran en el 26,7 por ciento anual. También parecen elevados los costos de los préstamos de corto plazo que toman las empresas: rondan el 17 por ciento anual. De acuerdo con datos del Banco Central, el volumen de créditos al sector privado creció en la Argentina por encima del resto de los países latinoamericanos en los últimos tres años, incluidos Brasil, Chile, Colombia, México y Paraguay. Son datos que dan cuenta de un sistema financiero que se normalizó tras la debacle de 2001.
Los balances de los bancos reflejan una indisimulable mejora. Después de computar pérdidas durante 2001, 2002 y 2003, las entidades financieras salieron prácticamente empatadas en 2004, contabilizaron utilidades por 1800 millones de pesos en 2005 y ya embolsaron esa misma ganancia entre enero y junio de este año. No solamente ganaron más por la intermediación financiera (tomar depósitos y otorgar créditos), en los balances también ayudaron los bonos en pesos indexados que tienen en sus carteras, y que les dejan rentabilidad gracias a la inflación. Más cerca del bolsillo de la gente, en las últimas semanas, la mayoría de las entidades incrementó alrededor de 20 por ciento las comisiones que cobran por el mantenimiento de las cuentas y la prestación de otros servicios.
Con estos datos en la mano, Felisa Miceli y Guillermo Moreno mantienen la pulseada con los financistas. El secretario de Comercio Interior se comunica con ellos a diario. Pero fue la ministra quien marcó los límites de la negociación, al oponerse en forma tajante a la posibilidad de subsidiar la tasa de los créditos hipotecarios. Justamente, ése es el principal reclamo de los financistas. Alegan que es la única manera de que las cuotas de los créditos se asemejen al monto que los inquilinos pagan mensualmente por el alquiler. Desde la Casa Rosada y el despacho de Miceli insisten en que los bancos tienen margen suficiente para disminuir los costos de los créditos sin la asistencia del Estado.
Es muy probable que esta semana la banca pública dé un paso en ese sentido, a través del Nación. El último viernes su presidenta, la santacruceña Gabriela Ciganotto, se habría reunido con Kirchner para adelantarle el plan, que incluirá una extensión a 30 años en los plazos de los créditos hipotecarios, el abaratamiento de las líneas por debajo al 10 por ciento anual y la ampliación de la relación cuota/ingreso para calificar en los préstamos. Esta movida del Nación será muy relevante en el marco de la pelea con los banqueros. Una recorrida de Página/12 por las principales entidades del sistema determinó que los financistas aguardan los detalles del plan oficial para salir al mercado. Por ahora hubo un grupo de 13 (incluido el Nación) que acompañó la inquietud del Ejecutivo por agrandar la torta de los hipotecarios pero faltan los detalles de esa estrategia.
En la intimidad de los despachos, desde algunos bancos aceptaron la posibilidad de disminuir el costo financiero total de los créditos para la vivienda. Financistas consultados por este diario comentaron que están negociando con sus compañías de seguro para abaratar esos costos fijos. Si bien los banqueros califican públicamente de “difícil” la misión, lo cierto es que muchos de ellos, que en la actualidad colocan los hipotecarios a una tasa de interés de entre 13 y 15 por ciento anual, evalúan achicar el costo financiero total al 10,5/11,0 por ciento. Están a la espera de lo que haga el Nación.
La otra parte de la pulseada se trasladó al Congreso. Este miércoles, las comisiones de Presupuesto y Hacienda, Economía e Infraestructura del Senado aprobarían la iniciativa oficial, con lo cual el proyecto sería tratado en el recinto una semana más tarde. La ley, que facilita el acceso al crédito y da la posibilidad de la devolución del IVA para quienes construyan edificios para alquiler, es criticada desde los bancos. Bajo reserva de sus identidades, varios financistas objetaron la iniciativa. Argumentan que, en lo referido a los créditos para individuos, genera confusión. “¿Qué significa que una cuota debe ser asimilable al valor del alquiler?”, cuestionó un banquero.
Desde los despachos oficiales recuerdan que a lo largo del año se fueron dando distintas peleas con grupos económicos que se negaban a ceder una parte de su rentabilidad. Pasó con los supermercados y las compañías alimentarias, que luego aceptaron congelar algunos precios. La lista incluye a los dueños de la carne: ganaderos, frigoríficos, consignatarios, matarifes y carniceros. Cada uno tenía su librito para defender los aumentos. Hasta que se prohibieron las exportaciones y el sector se disciplinó, al menos por el momento. También hubo tensión con los productores del campo. Ahora llegó el round con los banqueros.
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