Después de encaminar las tratativas para llevar a Roberto Lavagna como postulante a la Presidencia, los radicales que hacen esa apuesta electoral salieron en busca de un candidato en la Ciudad de Buenos Aires y ya lo encontraron: Rodolfo Terragno. Dicen que es el mejor radical para expresar a nivel local la coalición encabezada por el ex ministro de Economía en el plano nacional y ya entablaron conversaciones para convencerlo de que se anote en la carrera para la Jefatura de Gobierno. Terragno –cuyo mandato como senador vence el año que viene– dejó para más adelante su respuesta, pero prometió empezar a estudiar más detenidamente los asuntos porteños.

Hace ya unos meses que desde diversos sectores del radicalismo le vienen pidiendo a Terragno que se postule como jefe de gobierno en 2007. El senador que se define como “radical independiente” y en la Cámara alta no integra la bancada de la UCR, nunca dijo que no, pero siempre planteó que cualquier decisión debía tomarse en el marco de una estrategia nacional.

Luego de la Convención de Rosario, un grupo de hombres del radicalismo porteño volvió a tentar a Terragno con la posible candidatura en la Ciudad de Buenos Aires. El ofrecimiento tuvo lugar días atrás durante una cena en el restaurante Lalín. “Creemos que es el mejor candidato para expresar la coalición encabezada por Lavagna en el plano nacional”, explicó el presidente del comité de la Sección 19, Guillermo Hoerth.

La posibilidad de lanzar a Terragno a la Jefatura de Gobierno resulta atractiva para los radicales porque su figura no tiene el desgaste que exhibe la UCR. Además, tiene un perfil más propicio para el electorado porteño. Terragno llegó al Senado al imponerse con el 21 por ciento de los votos en las elecciones porteñas de 2001 con Vilma Ibarra en su boleta, tras una campaña en la que se diferenció del ya tambaleante gobierno de Fernando de la Rúa. Dos años después, Cristian Caram apenas arañó el 2 por ciento de los votos como candidato a jefe de gobierno y Nito Artaza no consiguió entrar a la Cámara de Diputados. Tampoco Facundo Suárez Lastra pudo darle una banca a la UCR el año pasado.

El análisis que hace Terragno con vistas al 2007 es que una coalición con Lavagna como candidato a presidente puede tener buena aceptación en el progresismo porteño y que en su caso particular tiene posibilidades de crecer mucho porque el voto de esa franja del electorado está muy segmentado tras la caída de Aníbal Ibarra y el desarme del esquema de la Alianza. También cree ser el que está en mejores condiciones de polarizar la elección con Mauricio Macri y derrotarlo en segunda vuelta, si es que el empresario decide finalmente jugar en la ciudad.

La contra que ve Terragno es que Macri está instalado y advierte también que no hay que subestimar a quien sea candidato del kirchnerismo en la ciudad. Más allá del escenario electoral, su preocupación es que la ciudad presenta dificultades concretas de gobierno. “Sin apoyo nacional hay restricciones para gobernar porque no se tiene el control de la policía ni se puede avanzar en obras que involucran a la Nación y la ciudad”, evaluó en la cena y concluyó: “Uno queda atrapado en el entramado de la Casa Rosada, la Legislatura y ahora, además, de las comunas, que por arriba y por abajo han vaciado de poder la jefatura de gobierno.”

Como Lavagna en el escenario nacional, Terragno no dijo ni sí ni no. Dicho de otro modo, les dio a sus interlocutores vía libre para que exploren la posibilidad de articular una propuesta electoral con otras fuerzas políticas –los radicales empezarán por los peronistas que apoyan al ex ministro de Economía y seguirán por el socialismo y el ARI– y en función de la plataforma política que consigan armarle, definirá si se anota o no en la pelea por la Jefatura de Gobierno.