ECONOMíA › LOGRARON UN AUMENTO EN SU PODER DE VOTO PARA LA TOMA DE DECISIONES EN EL ORGANISMO

La hora de los emergentes en su pelea con el FMI

La presión de los países en vías de desarrollo para tener mayor incidencia en la conducción del Fondo empezó a dar frutos. Las naciones desarrolladas aceptaron darles más participación. Peirano mantendrá una reunión clave con el futuro jefe. Busca avanzar en un acuerdo que destrabe la relación con el Club de París.

Los países que tienen el mando del FMI aceptaron aumentar el poder de voto de las naciones en vías de desarrollo dentro del organismo. Fue un logró para el Grupo de los 24, un nucleamiento de países emergentes del que participan Argentina, Brasil, México, Venezuela, India, Sudáfrica, Egipto, Nigeria, Líbano y Pakistán, entre otros. Son los grandes protagonistas de la cumbre del Fondo y del Banco Mundial que se desarrolla en Washington. Muchos de ellos cancelaron anticipadamente sus deudas con el FMI y ahora están en posición de exigir una mayor participación dentro de la entidad, en lugar de permanecer en una posición de subordinación como ocurrió durante los largos ’90. Su presión empezó a dar resultados, aunque todavía queda mucho terreno por recorrer. Los socios más poderosos del comité de dirección del organismo resolvieron ayer aumentar la cuota de representación de los emergentes. El tema se debatirá los próximos seis meses y debería estar definido en abril de 2008.

El Comité Monetario y Financiero, del que participan todos los socios del FMI, pero que es controlado por Estados Unidos –más que ningún otro–, Europa y Japón, propuso incrementar “en el orden del 10 por ciento” las cuotas que corresponden a los países en vías de desarrollo. Así lo anunciaron el saliente director gerente del Fondo, Rodrigo Rato, y el presidente del Comité, Tommaso Padoa-Schiopa. “Esta propuesta permitiría reforzar la representación de economías dinámicas, en su mayoría de países emergentes, cuyo peso y papel en la economía mundial ha aumentado”, indicaron. “Es un enorme aumento” con relación a la suba de 2 por ciento que proponían hasta ahora los países más ricos.

De hecho, el ministro de Economía argentino, Miguel Peirano, había rechazado a primera hora de la tarde ese aumento de 2 puntos. Lo hizo al hablar ante el Comité, remarcando que sus palabras expresaban la opinión de todo el G-24. “Creemos que una reducción de 1, 2 o 3 por ciento en el poder de voto de los países avanzados en favor de los emergentes sería un resultado que impediría avanzar en la reforma” del Fondo, sentenció. “Tal cambio sólo resultaría en el mantenimiento de un statu-quo injusto y perjudicial para el carácter multilateral del fondo”, agregó. “Entendemos que la actual distribución de cuotas nos condena a un lugar marginal en el gobierno del Fondo”, completó.

La delegación argentina tomó como un hecho positivo que el Comité haya modificado su posición, aunque consideró que la suba es insuficiente. En particular, porque uno de los principales planteos del G-24 es que las decisiones importantes del FMI se aprueben con un sistema de doble mayoría, en el cual la primera instancia serían las cuotas de voto de cada país en función del tamaño de su economía, y la segunda sería igual a un país un voto, lo que en la práctica daría chances de hacerse oír a los países en vías de desarrollo. Por ahora, esta alternativa no forma parte de la propuesta del Comité. Lo que sí aceptó discutir es que la medición del PIB de cada país se calcule en función de las paridades de poder de compra, tal como pidió el G-24. Eso elevaría la incidencia de economías más pequeñas.

Peirano habló ayer de todos estos temas en un desayuno con los ministros y presidentes de bancos centrales de los países que integran el Comité. Estaban allí el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson; el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke; el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick; el titular de la OMC, Pascal Lamy; Rato y otras autoridades del Fondo.

En esa oportunidad, el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, cargó con fuerza contra el FMI. “Los Estados Unidos y buena parte de Europa están teniendo serias dificultades en sus sistemas financieros”, arrancó. “Déjenme señalar la ironía de esta situación –pidió el ministro–, países que eran referentes de la buena gobernabilidad, de los estándares para los sistemas financieros, son los mismos que están enfrentando serios problemas de fragilidad financiera, poniendo en riesgo la prosperidad de la economía mundial.” Tras ello, apuntó indignado que “el Fondo dijo muy pocas cosas prácticas durante la crisis”. “Ha sido excesivamente prudente en sus recomendaciones y justificó dicha actitud diciendo que la naturaleza de los problemas no tenía precedentes”, bramó.

El ministro argentino, por su parte, insistió en la creación por parte del FMI de una línea de apoyo financiero flexible, de rápido desembolso y sin condicionalidades. Argentina aspira a calificar a ese instrumento como llave para destrabar un acuerdo con el Club de París. El ministro remarcó que es frustrante que la línea aún no haya sido instaurada, pese a que su implementación se discute hace dos años. “Necesitamos un instrumento cuyos criterios de calificación sean objetivos y que no sean innecesariamente estrictos”, reclamó.

Peirano tendrá hoy una reunión clave con el sucesor de Rato, el francés Dominique Strauss-Kahn, quien asumirá la conducción del FMI el 1º de noviembre. El ministro, que estará acompañado por el presidente del Banco Central, Martín Redrado, buscará que el Fondo acceda a alguna fórmula formal de revisión de la economía argentina, a fin de superar la resistencia del Club de París, que pone como condición que el país llegue a alguna clase de acuerdo con el FMI para negociar la refinanciación de la deuda en default. “No vamos a cerrar nada, pero tenemos expectativas de lograr algún avance”, comentó a Página/12 un miembro de la delegación que acompaña a Peirano.

También dijo que confían en que la llegada de Strauss-Kahn permitirá superar la resistencia que la línea burocrática del Fondo tiene hacia Argentina. De hecho, Anoop Singh, quien dirige el departamento del Hemisferio Occidental, reconoció ayer que “la Argentina ha reducido a la mitad la pobreza desde la crisis y esa es una evolución muy alentadora”. Esa declaración fue tomada por los funcionarios argentinos como una señal positiva. Sin embargo, Peirano negociará con Strauss-Kahn que el Fondo no envíe ninguna misión hasta que cambie el Gobierno, y mientras tanto ir negociando una salida para superar la situación con el Club de París.

Compartir: 

Twitter

El desprestigio del FMI lo persigue a todos lados. Las manifestaciones en su contra se repiten en las puertas del organismo.
Imagen: AFP
 

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.