ECONOMíA › LA FUERTE SUBA DEL ABL NO EQUILIBRO LAS VALUACIONES FISCALES

Sigue siendo barato Buenos Aires

El gran atraso en el valor estimado de las propiedades hizo que el aumento del impuesto no tenga tanta significación.

 Por Marcelo Zlotogwiazda

A pesar del fuerte aumento en el impuesto inmobiliario en la ciudad de Buenos Aires que aprobó la Legislatura con el apoyo del macrismo y la Coalición Cívica, las nuevas valuaciones fiscales continúan siendo ridículamente bajas, a tal punto que apenas 15.000 propiedades que representan menos del uno por ciento del total están valuadas en más de 600.000 pesos. Los cambios elevaron el valor fiscal de la ciudad entera de 50.000 a 85.000 millones de pesos, que sigue siendo mucho menos que las estimaciones más conservadoras que ubican el precio de mercado de toda la propiedad inmueble por encima de los 400.000 millones de pesos. Si bien los dueños de las viviendas más caras fueron los que, en general, recibieron los ajustes más elevados y, consecuentemente, los que más se quejaron, los nuevos importes que pagan siguen siendo bajos en la gran mayoría de los casos. Se calcula que la recaudación adicional rondará los 400 millones de pesos, llevando el total a unos 1100 millones, lo que de todos modos representa una porción del Presupuesto (10 por ciento) muy inferior, por ejemplo, a las de Montevideo o Bogotá.

Es indiscutible que los cambios en el impuesto que combina el pago por el servicio de alumbrado, barrido y limpieza y el tributo por la propiedad inmueble, han mejorado la equidad vertical, en la medida que los ajustes fueron, a trazo grueso, de tipo progresivo. Por empezar, hubo un 4 por ciento de contribuyentes que quedó exento de la suba y otro 22 por ciento al que se le aumentó menos de un 50 por ciento, lo que conforma un 26 por ciento de la población que vive en las zonas menos cotizadas y que, en líneas generales, es la de menores recursos.

Los barrios donde habitan las tres cuartas partes restantes tuvieron aumentos que, en promedio, van del 50 al 240 por ciento. Hubo unos 45.000 casos donde el aumento fue mayor (la gran mayoría, en los mejores barrios) debido a que se potenció la revaluación con una mayor alícuota asociada a un salto en la categoría. Dentro de esos casos, hubo 2500 con aumentos superiores al 300 por ciento, y en el extremo hubo uno que llegó al 450 por ciento.

Pero así como es indiscutible que mejoró la equidad vertical, el método poco selectivo de imputar los ajustes por zonas provocó bastantes injusticias en términos de equidad horizontal: inmuebles del mismo valor recibieron ajustes diferentes por estar situados en distintos barrios. Por supuesto que la escasa discriminación que conlleva el método aplicado atenuó un poco la mejora en la equidad horizontal, en la medida que propiedades de menor valor que las de su entorno pagaron de más, y viceversa.

En octubre de 2004 Página/12 publicó una nota titulada “Buenos Aires, la ciudad de U$S 85.000 millones” que comenzaba afirmando que “quien tuviera esa fortuna podría comprar la ciudad entera. Pero si la pudiera comprar por el precio fiscal, pagaría sólo 17.000 millones”.

El efecto conjunto de la revaluación fiscal y del alta en el número de partidas que hubo desde entonces, elevó el monto de todo el padrón de 50.000 a 85.000 millones de pesos, que equivale a aproximadamente a una quinta parte del valor de mercado de toda la ciudad. Igual que hace tres años.

Los datos del cuadro adjunto muestran la enorme distorsión que sigue habiendo en las propiedades de mayor valor. Aun luego del ajuste, hay apenas 2501 inmuebles con valor fiscal superior a los 600.000 dólares, y sólo el 4,1 por ciento de las partidas supera los 60.000 dólares. Números ridículos para cualquiera que aplique un mínimo de sentido común. Sirva como parámetro que en las 170 hectáreas de Puerto Madero hay construidos más de 2 millones de metros cuadrados con precios de mercado que no bajan de los 2500 dólares.

Nadie manifiesta alegría cuando le aumenta un impuesto, pero las protestas organizadas no fueron masivas (el bocinazo convocado para el 28 de diciembre pasado tuvo mínima adhesión), no se conoce que haya recursos judiciales, y las quejas formales que se presentaron por vía administrativa fueron muy pocas.

Muchos de los quejosos fueron vecinos de barrios acomodados. Como por ejemplo el dueño de un piso en Av. Libertador y San Martín de Tours en Retiro que se quejó porque la boleta le llegó con un pago anual de 22.000 pesos que cuadruplica los 5500 pesos que pagaba. El trámite fue a parar a vía muerta: considerando que su departamento tiene 535 metros cuadrados, el valor de mercado es bastante superior al millón de dólares, con lo cual aún con la suba del 300 por ciento el nuevo impuesto está lejos de representar el uno por ciento que la ley establece como tope.

Otro indicio de la resignación al ajuste es que al viernes pasado cerca de la mitad de los contribuyentes ya habían efectuado el pago, que es una proporción mayor al grado de cumplimiento que había a esta altura del año pasado. También se comprobó una mayor disposición a pagar el impuesto anualizado para aprovechar el descuento. La mitad de las partidas vence mañana, y todas tienen hasta el 31 de enero como fecha de segundo vencimiento.

El aumento incrementará los ingresos anuales del ABL en un 60 por ciento hasta alcanzar un total de alrededor de 1100 millones de pesos. La cifra equivale al 10 por ciento de los ingresos presupuestados, que es una proporción mucho más baja que en Bogotá, donde oscila en el 25 por ciento, o que en Montevideo, donde la incidencia orilla el 50 por ciento.

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Las valuaciones siguen siendo bajas: sólo 15.000 propiedades se estiman en más de 600 mil pesos.
Imagen: Alejandro Elías
 
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