Domingo, 13 de enero de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EL DEBATE MIGRATORIO RESUENA EN LA CAMPAÑA ELECTORAL DE ESTADOS UNIDOS
Los candidatos republicanos encontraron en la inmigración un tema para desplazar la agenda electoral de la guerra de Irak y del gobierno de Bush, y los demócratas no tuvieron más remedio que tomar partido. En algunos estados, es el tema número uno.
Por Mercedes López San Miguel
La inmigración está en el top five de temas de la campaña demócrata y en el top one de la republicana. Los candidatos del partido de Bush se pelean por ver quién construye el muro más alto contra la inmigración mexicana y centroamericana, mientras que en el campo demócrata Barack Obama es, de los candidatos principales, el más abierto hacia los inmigrantes y quien podría ver en este electorado una chance para sacarle una luz de ventaja a Hillary Clinton.
El asunto quedó pendiente para la próxima administración desde que el año pasado se frustró en el Congreso el mayor proyecto de reforma migratoria en 40 años en Estados Unidos, que apuntaba a la regularización de los 12 millones de inmigrantes indocumentados y también al refuerzo de la seguridad fronteriza. El proyecto, auspiciado por el presidente George Bush, encontró una dura oposición entre los republicanos en la Cámara de Representantes, que sólo apoyaron las medidas de seguridad. Desde entonces, el gobierno federal, estados y municipios pasaron a endurecer las leyes contra los ilegales. Las redadas y deportaciones aumentaron, así como las restricciones de conducir, servicios y beneficios públicos a los “sin papeles”. Un informe reciente del Pew Hispanic Center apuntó que poco más de la mitad de los hispanos en Estados Unidos teme ser deportado o que algún miembro de su familia o amigo cercano sea expulsado. “Desde que se frustró la reforma migratoria en 2007, aumentó la represión, dijo a Página/12 Nativo López, presidente de la Asociación Política Mexicano-Americana. “Incluso en un estado demócrata como es Nueva York el gobernador tuvo que dar marcha atrás en su propuesta de darles licencias de conducir a los indocumentados”, agregó.
Cuando se le pidió a la candidata demócrata y senadora por Nueva York, Hillary Clinton, que clarificara su postura en torno de la concesión de licencias de conducir a indocumentados, Clinton dijo que no estaba a favor de la concesión. “Como presidente presionaré para aprobar una reforma amplia que atienda todos los problemas alrededor de la inmigración ilegal, incluyendo la seguridad fronteriza”, se explayó la ex primera dama.
Para los demócratas, la inmigración ilegal supone un gran dilema de cara al voto hispano: por un lado, proponen formas de aumentar la seguridad nacional, pero, por otro, quieren afianzar el apoyo obtenido entre dicho electorado y por ello la mayoría se decanta por algún tipo de reforma migratoria. Así, el Partido Demócrata ha centrado su atención en esta campaña en asuntos como la guerra en Irak, el sistema de salud pública y el rumbo de la economía. “Los consejeros de Hillary son conservadores y ella representa la institución liberal del partido. Obama viene de afuera del aparato del partido y se ha mostrado más abierto y a favor de ayudar al inmigrante”, dijo López. “Obama no podría ganarle a Clinton sin hacer alianzas con los latinos”, agregó.
De acuerdo con estimaciones del Pew, la población latina, legal e ilegal, alcanzó los 47 millones de personas, o un 15,5 por ciento de los habitantes del país, constituyendo la minoría de más rápido crecimiento en Estados Unidos, delante de los afroamericanos y asiáticos. Los estadounidenses nativos o nacionalizados de origen hispano representarán un 9 por ciento de la población apta para votar en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
Del lado republicano el asunto inmigratorio se ha vuelto central. Mitt Romney, candidato del establishment, eligió la línea más dura y se opone a cualquier relajamiento en el trato con los inmigrantes. En cambio John McCain sacó a relucir su apoyo a la reforma migratoria del año pasado y levantó una fuerte oposición en las bases republicanas más radicales. Ahora McCain modificó un poco el discurso y aboga por la seguridad en las fronteras y la asimilación de los inmigrantes a la cultura americana. El ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, marcado por el 9-11, puso el enfoque en reforzar el muro fronterizo con México, mientras que el vencedor de Iowa, Mike Huckabee, presentó su propia iniciativa: un plan radical que obliga a los indocumentados a regresar a su país para iniciar los trámites para la regularización y que recibió el apoyo del fundador de los cazainmigrantes Minutemen, Jim Gilchrist.
Nada es causal. Según un sondeo de la firma Rasmussen, la inmigración es el tema más importante para los votantes republicanos en las internas de Carolina del Sur del 19 de enero, seguido por la economía, la seguridad nacional y la guerra de Irak.
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