Domingo, 13 de enero de 2008 | Hoy
EL PAíS › DESAFECTAN A LA MUJER POLICIA VINCULADA CON EL TRIPLE ASESINATO
La mujer policía era novia de uno de los policías asesinados pero mantenía una tormentosa relación desde la adolescencia con el principal acusado. Sus defensores aseguran que la sancionaron “porque se fue de libreto”. La investigación sigue la hipótesis del crimen pasional.
Por Raúl Kollmann
La mujer fue el centro del triángulo amoroso que, según la investigación oficial, desató el drama del triple crimen de La Plata. Por ahora, el caso no tienen ningún detenido, pero ella, la policía Noelia D’Eramo, fue desafectada hace unos días del servicio y podría ser sancionada esta semana en forma todavía más dura. Se le imputan tres faltas. Primero, hacer declaraciones a la prensa. Segundo, incurrir en contradicciones. Primero afirmó que el hombre acusado del triple crimen, su ex novio Leandro Colucci, podría haber ordenado las muertes y, trascartón, manifestó judicialmente lo contrario, que Colucci es capaz de amenazar pero no de mandar a matar. Tercero, por mantener relaciones impropias, o sea el vínculo con el propio Colucci. A D’Eramo la defiende Alfredo Gascón, integrante de la fundación Soporte, que respalda a testigos acechados. La versión de Gascón es que a D’Eramo la quieren sancionar porque “se salió del libreto. Es una testigo que dijo que el triple crimen no fue pasional. ¿Quién se puede creer que a los tres policías los mataron por una cuestión pasional?”, sostuvo el letrado. Sin embargo, las dos fiscales, los investigadores que estuvieron en el caso en tiempos de León Arslanian y los que ahora siguen la pesquisa bajo las órdenes de Carlos Stornelli afirman que la pista es firme y que son sólidas las pistas contra Colucci y el móvil pasional.
La desafectación de servicio significa que D’Eramo no es convocada para ninguna tarea ni función y pierde la mitad de su sueldo. “Esto es perseguir una testigo –afirma su defensor, Gascón–. Nosotros, desde la fundación Soporte, que preside Hugo Wortman Jofre, nos ponemos al lado de estos testigos que son asediados por animarse a decir la verdad. En este caso, al Ministerio de Seguridad no le gusta que ella haya declarado en contra de la historia oficial del triple crimen. ¿A usted le parece que esa matanza responde a una cuestión pasional? Allí hubo planificación, inteligencia previa, un grupo que actuó casi en forma guerrillera”, señaló Gascón ante Página/12.
En la Justicia, en cambio, las fiscales Leyla Aguilar y Cristina Larrocca creen que el papel de D’Eramo no está para nada claro. La mujer mantiene una tumultuosa relación con el principal acusado del crimen, Colucci, y ese vínculo, que viene desde la adolescencia, parece no haberse roto. Eso explicaría por qué de entrada dijo que su ex novio podría estar detrás del triple crimen y después afirmó lo contrario. Su abogado niega la contradicción. Sostiene que en su primer testimonio fue malinterpretada.
Hay algunos datos del expediente que ponen a Colucci en el centro de las sospechas. Por ejemplo, en un mensaje que le dejó en el celular a Noelia le dice: “Puta, te acuchillaron al Ale. Ja, ja, no tanto te lo acuchillé” (hay una parte inaudible) “también un tiro en la nuca”. Ale es Alejandro Vatalaro, el policía al que mataron con más saña y que había iniciado una relación con Noelia. En un segundo mensaje le dejó dicho a la mujer policía: “Primero fue Cachorro, ahora Ale y la próxima vas a ser vos”. Cachorro es otro ex novio de Noelia que murió de un disparo, supuestamente en el marco de un suicidio. La causa fue caratulada “Muerte dudosa”.
Según consta en la causa, Colucci presenta severos transtornos de personalidad. Seguía a su ex novia, incluso dentro del Ministerio de Seguridad. Amenazó a los compañeros de trabajo, aun cuando estaban uniformados. Los denunció en Asuntos Internos y les llegó a dañar los automóviles.
Pese a este cuadro de situación, lo cierto es que las pruebas científicas en los rastros de sangre y pelos encontrados en la escena del triple crimen y en dos automóviles, han sido favorables a Colucci. Lo mismo ocurrió con la ropa y distintos elementos secuestrados en varios allanamientos. Su ADN no apareció por ningún lado. Respecto del otro imputado, el barra brava de Estudiantes, Gustavo Mastrovitta, tampoco se pudo avanzar. Toda la sangre encontrada pertenece a los tres policías asesinados, no se ha detectado ADN de una cuarta persona. Y cuando esta semana se cumplan a tres meses de la matanza no sólo siguen ambos en libertad sino que hasta el momento no apareció una prueba incontrastable que termine de vincularlos con la matanza.
La medida contra D’Eramo es preventiva: la desafectaron del servicio hasta que en los próximos días Asuntos Internos tome una decisión. Sus idas y vueltas con Colucci, con quien parece no haberse desvinculado del todo, podrían ser el factor decisivo. De todas maneras, el gran problema es que el triple crimen no está esclarecido y todos los protagonistas están en una bruma.
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