México enfrenta “una guerra cada vez mas cruenta” entre grupos del crimen organizado, admitió ayer el presidente Felipe Calderón, que también reivindicó la captura de grandes capos del narcotráfico en su cuarto informe anual de gobierno. La situación de México “es una guerra cada vez más cruenta entre los grupos del crimen organizado en su disputa por territorios, mercados y por rutas”, señaló Calderón al presentar en el Palacio Nacional las líneas principales del informe que envió el miércoles por escrito al Congreso. Calderón atribuyó a la desesperación el actuar cada vez más cruel de los carteles de las drogas, de la que puso como ejemplo la matanza la semana pasada, en el nordeste de México, de 72 migrantes de Centro y Sudamérica. “La captura o abatimiento de importantes líderes criminales ha generado en esas organizaciones delincuenciales expresiones de mayor desesperación”, manifestó el presidente al hacerse eco de la preocupación por la espiral de violencia del narcotráfico, que deja más de 28.000 muertos desde que él asumió el poder en 2006.