El ejercicio del saludo presidencial de hoy le va a exigir dotes de equilibrista a Nicolas Sarkozy. En sí mismo, este tipo de alocución es bastante artificial, obligado a dirigirse a todos y a todas, es decir, a nadie. El ejercicio es particularmente difícil este año para el presidente, ya que cae en el peor momento, a pocos meses de una elección que está lejos de estar ganada y en un contexto de crisis agravada. De todos en la V República, Nicolas Sarkozy es el menos popular de los presidentes que se va. Con un porcentaje de 24 a 25 por ciento en la primera vuelta, está en el nivel inferior de todos sus predecesores. Los franceses nunca han estado tan pesimistas como lo muestra la reciente encuesta de Gallup Internacional sobre un panorama que toma el estado del espíritu del planeta.