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Shimon Peres se decidió. Tras idas y venidas, el dirigente histórico del laborismo israelí anunció ayer que abandonaba su partido para respaldar al partido Kadima, la nueva formación del primer ministro Ariel Sharon, ante las elecciones legislativas de marzo, tal como había anticipado este diario. “Me pregunto en qué terreno podría contribuir mejor en los próximos años. La respuesta es hacer que avance el proceso de paz, lo que también traería prosperidad económica y justicia social”, declaró Peres. A pesar de que no se espera que el político aparezca en la lista de representantes del Kadima, se señaló que se le había garantizado un puesto ministerial en caso de que Sharon fuera reelegido como premier. El nuevo partido, que lidera los sondeos, ya se benefició además del apoyo de otros laboristas.
“Mi acción en el seno del partido (laborista) llegó a su fin. Decidí apoyar a Ariel Sharon, que es el único capaz de liderar una coalición por la paz”, declaró Peres. El laborista, de 82 años, hizo este anuncio poco después de llegar de Barcelona (España), donde el martes por la noche presidió el “partido por la paz” en Medio Oriente entre una selección israelo-palestina y el FC Barcelona. “Me preocupa el camino, el partido político no tiene importancia para mí. No importa a quién perteneces, sino a dónde vas”, afirmó, a pesar de reconocer que se trató de una decisión “muy difícil”, ya que militó 46 años en el laborismo. Peres afirmó que de sus reuniones con Sharon salió “convencido de que (el primer ministro) está decidido a continuar el proceso de paz y a reanudarlo inmediatamente después de las elecciones legislativas del 28 de marzo”. Además precisó que acordaron añadir a la Hoja de Ruta, el plan de paz que apoya la comunidad internacional, para que tenga un estatuto especial ante la Unión Europea. Otra medida sería “movilizar recursos internacionales en el sector gubernamental y privado” y llevar a cabo discusiones con Estados Unidos “para garantizar la seguridad en la región frente al peligro iraní y el terrorismo”, aseguró Peres, hasta hace poco número dos del gobierno de Sharon.
Por otra parte, los dirigentes del partido nacionalista Likud (conservador) creen que el apoyo de Shimon Peres a Kadima lo perjudicará, ya que el partido perderá su identidad como partido de centro-derecha. “Con Peres, Kadima se ha convertido en un Partido Laborista de segunda categoría”, dijo el ex primer ministro y aspirante al liderazgo del Likud, Benjamín Netanyahu. Sin embargo los pronósticos para Kadima son positivos. Según un sondeo publicado ayer, el partido del premier obtendría 34 diputados en las elecciones, frente a 27 del Partido Laborista, 11 del partido religioso ortodoxo sefardí Shass y sólo 10 del Likud.