Domingo, 23 de abril de 2006 | Hoy
Ayer se terminó la impasse que duraba desde las elecciones: se eligió presidente, jefe de Gobierno y líder del Parlamento local.
Después de cuatro meses de duras negociaciones, recelos sectarios y presiones hasta internacionales, Irak tiene jefe de Gobierno. Ayer, durante la primera sesión del Parlamento y en menos de tres horas, los líderes iraquíes se pusieron de acuerdo para elegir a los titulares de los principales cargos del país –el presidente, el primer ministro y el presidente del Parlamento–. En una jornada crucial, el presidente Jalal Talabani fue reelegido en su cargo y pidió al chiíta Jawad Al Malki, del bloque mayoritario en el Congreso, que formara el ejecutivo. “Decidimos por unanimidad encargar al hermano Al Malki que ocupe la cabeza del gobierno y pensamos que tiene todas las cualidades requeridas para ser el jefe del Ejecutivo”, declaró Talabani inmediatamente después de su reelección. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, saludó como un “importante hito” los pasos dados ayer, mientras el presidente George W. Bush dijo que este logro histórico “hará que EE.UU. esté más seguro”.
La crisis política iraquí, que se extendía desde la realización de los comicios legislativos en diciembre, empezó a disiparse el jueves con el anuncio del primer ministro saliente, el chiíta Ibrahim Yafari, que renunció a su candidatura, tal y como le pedían sunnitas y kurdos y cada vez más voces dentro de su propia Alianza Unificada Iraquí (AUI). Con el paso al costado de Yafari, la AUI, que cuenta con 128 de los 275 escaños del Parlamento, pudo presentar como candidato al número dos del partido Dawa, Jawad Al Malki, contra quien no se oponían ni sunnitas ni kurdos.
El nuevo primer ministro, de 56 años, es el exacto contrario de Yafari y tiene una apariencia de intelectual, tranquilo y equilibrado. Originario de la ciudad santa de Karbala, fue condenado a muerte durante el régimen de Saddam Hussein y debió exiliarse en diversos países. Luego de la caída del dictador, volvió a Irak y se desempeñó como miembro de la comisión constituyente y de la comisión de “desbaathización” –purga de funcionarios de Saddam–. Al Malki dijo en sus primeras declaraciones que el nuevo Irak se levantará “sobre una fraternidad real entre todos los grupos”, y aseguró que los futuros ministros de su gabinete deberán ser tecnócratas, fuertes y “capaces de hacer frente a los desafíos”. “Deben servir al pueblo”, añadió al afirmar que no aceptará que los ministerios sean asignados con criterios confesionales o étnicos, sino por “eficiencia y honestidad absoluta”. Según la Constitución iraquí, una vez nombrado en su cargo, el primer ministro debe formar un gobierno en un plazo de 30 días.
“El acuerdo refleja el deseo del pueblo iraquí, que desafió a los terroristas para votar y elegir a los hombres y mujeres que liderarán el avance de su nación”, dijo el presidente Bush ayer. “Este logro histórico de iraquíes resueltos hará que EE.UU. esté más seguro”, agregó. Por su parte, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, calificó las designaciones de ayer como “un importante hito”. “Los iraquíes están ahora bien encaminados hacia la formación de su gobierno de unidad nacional”, agregó. “Obviamente habrá mucho trabajo que hacer para instalar el resto del gabinete, pero lo más importante es que ellos ahora tienen un gobierno”, dijo Rice. “Es un buen día para Irak”, sentenció. La preocupación de Washington por la falta de acuerdo radicaba en que la crisis de autoridad en el país impedía la retirada progresiva de las tropas estadounidenses allí desplegadas. Sin embargo, Al Malki aún no hizo ninguna referencia directa a una eventual retirada de las fuerzas de la coalición.
Las designaciones de Talabani y Al Malki no fueron las únicas. Con 198 votos, fueron elegidos como vicepresidentes del país el chiíta Adel Abdel Mehdi y el sunnita Tarek al Hachemi. Los diputados eligieron, asimismo, a las autoridades del Parlamento. El cargo de presidente de la Asamblea recayó en el sunnita Mahmud Machhadani, médico de profesión y miembro del Frente de la Concordia Nacional. A continuación, la cámara eligió a sus dos vicepresidentes: el chiíta jeque Jaled Al Attiya, del poderoso ConsejoSupremo de la Revolución Islámica de Irak (Csrii), y Aref Tayfour, uno de los líderes del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) de Massud Barzani, que preside la región autónoma kurda en el norte de Irak.
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