Miércoles, 28 de marzo de 2007 | Hoy
EL MUNDO › LE EXIGE QUE LIBERE A LOS MARINOS BRITANICOS O “PASARA A UNA NUEVA FASE”
En momentos de renovada tensión de Occidente con el régimen de los ayatolás –por su renuencia a informar sobre su programa nuclear y tras la captura de los quince soldados británicos–, Estados Unidos realizó ayer las mayores maniobras militares en el golfo Pérsico desde las vísperas de la invasión a Irak.
Por Walter Oppenheimer y Angeles Espinosa *
Desde Londres y Teherán
Los grupos de combate de dos portaaviones, un centenar de bombarderos y diez mil militares iniciaron ayer las mayores maniobras de Estados Unidos en el golfo Pérsico desde vísperas de la invasión de Irak. La demostración de fuerza tiene todos los ingredientes de una advertencia a Irán en un momento de renovada tensión por su captura de 15 marinos británicos y su negativa a suspender su programa nuclear. El primer ministro británico, Tony Blair, amenazó ayer con “pasar a una nueva fase” si Irán no libera a los militares detenidos. El mandatario no quiso explicar si esta nueva etapa sería militar y sólo respondió: “Ya lo veremos”.
“El ejercicio militar muestra la capacidad para planificar y llevar a cabo operaciones en el marco del compromiso a largo plazo de Estados Unidos para mantener la seguridad marítima y la estabilidad en la región”, aseguraba el comunicado difundido por la V Flota norteamericana con base en Bahrein. El texto se refería a la coordinación del portaaviones “Eisenhower”, desplegado desde hace meses en el golfo Pérsico, y del “Stennis”, que llegó ayer a esas aguas desde el mar de Omán donde daba apoyo a las fuerzas que operan en Afganistán e Irak. El comandante Kevin Aandahl declaró que las maniobras no habían sido organizadas en respuesta a la captura de los marinos británicos y tampoco pretenden amenazar a la República Islámica, pero se eludió precisar cuándo habían sido planeadas. Aandahl aseguró que los barcos de guerra estadounidenses permanecerían fuera de las aguas territoriales iraníes. No obstante, los ataques simulados a barcos y aviones enemigos sólo pueden añadir congestión a las ya de por sí transitadas aguas del golfo Pérsico por donde pasa una cuarta parte del comercio mundial de petróleo. Además, el propio secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, calificó de “señal” a Irán el envío del “Stennis” a la zona cuando se anunció el pasado enero.
Irán, que no realizó ningún comentario sobre las maniobras, hizo saber ayer que los 15 marinos británicos estaban siendo tratados “de forma humana y moral” y que se había facilitado la necesaria privacidad a la única mujer del grupo, Faye Turney. De todas formas, continuaba sin permitir la visita de sus representantes consulares. “Están bien de salud y pueden estar seguros de que están siendo tratados de forma humana y moral”, manifestó el portavoz de Exteriores, Mohamed Ali Hoseini, citado por las agencias de prensa. Respecto de Turney, joven madre de 26 años que conducía una de las dos lanchas apresadas, Hoseini garantizó que “se están observando todas las normas éticas”. Hoseini aseguró que los diplomáticos británicos podrán visitar a los soldados detenidos una vez hayan terminado las interrogatorios.
El hecho de que el incidente no se haya resuelto en los primeros días, como fue el caso tras un suceso similar hace tres años, hace temer que los 15 marinos puedan verse atrapados en la disputa política más amplia. Occidente acusa a Irán de querer fabricar armas atómicas bajo la cobertura de su programa nuclear civil, algo que Teherán niega vehementemente, y también de ayudar a las milicias chiítas iraquíes con armas que están matando a soldados estadounidenses. Algunos observadores sospechan que los iraníes están apostando demasiado fuerte sobre la convicción de que Estados Unidos no tiene ni la voluntad política ni la capacidad militar para atacar Irán. De ahí sus temores a que aumentar la presión sobre Irán conduzca a una escalada en la que cualquier incidente menor pueda desatar la guerra. Algunos agoreros incluso hablan del mes próximo y elaboran recuentos detallados de cómo va a proceder.
En el Reino Unido, mientras tanto, el primer ministro, Tony Blair, amenazó ayer con “pasar a una nueva fase” si Irán no libera a los ocho marinos y siete miembros de la Infantería de Marina capturados mientras patrullaban en aguas del golfo Pérsico en la frontera iraní con Irak. Blair no especificó a qué se refería, pero su portavoz matizó después que el Reino Unido sigue trabajando para conseguir un arreglo mediante “conversaciones discretas” y que si éstas fracasan sería “más explícito”. Un ex embajador británico en Teherán opinó que quizás Blair se refería a aumentar la presión internacional.
“En estos momentos seguimos intentando conducir este asunto mediante canales diplomáticos y hacer entender al gobierno iraní que esta gente tiene que ser liberada y que no tiene ninguna justificación de ningún tipo que sigan retenidos”, declaró el primer ministro. “Espero que consigamos hacerles comprender que tienen que liberarlos. Si no, entonces pasaremos a una nueva fase”, añadió. Y descartó que la captura de los británicos estuviera relacionada con la detención de cinco iraníes en Irak por las fuerzas de Estados Unidos. “Son cosas distintas”, sostuvo.
Preguntado sobre lo que quería decir con “una nueva fase”, Blair declaró: “Vamos a ver, pero lo que tienen que comprender es que no puede ser que nuestros hombres y mujeres de servicio sean capturados cuando en realidad se encuentran en aguas iraquíes bajo mandato de Naciones Unidas, patrullando con absoluta corrección y de acuerdo con ese mandato”. Irán sostiene que las tropas británicas habían entrado en sus aguas territoriales.
Downing Street afirmó que el gobierno tiene pruebas para demostrar que los británicos capturados se encontraban en aguas territoriales iraquíes, aunque espera no tener que hacerlas públicas. Las pruebas ya han sido mostradas a Teherán. “Hasta ahora no hemos explicado por qué lo sabemos porque no queremos que todo esto entre en una escalada”, añadió, con un tono de advertencia. Si Londres presentara estas pruebas, quedaría comprobado que Irán detuvo ilegalmente a los militares británicos, lo que provocaría un nuevo enfrentamiento diplomático y judicial.
El portavoz oficial de Blair también explicó que el gobierno británico quería solucionar el asunto de forma privada, pero los iraníes “no deberían tener ninguna duda de que esperamos la inmediata liberación de nuestro personal”. Sin embargo, inmediatamente les bajó el tono a sus advertencias. Aclaró que esta “nueva fase” no incluye por el momento una ruptura de relaciones diplomáticas con Irán o el retiro de su embajador de Londres.
* De El País de España. Especial para Página/12.
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