El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, anunció ayer que exigirá a las empresas aéreas la reducción del número de butacas en los aviones. También aplicará multas severas por la impuntualidad de los vuelos, que fueron afectados después del accidente del avión de TAM que dejó cerca de 200 muertos el 17 de julio. “Las empresas comenzaron a usar aviones de una forma más comprimida, el espacio entre las butacas está absolutamente reducido, han achicado hasta el grosor del acolchado de los asientos para asimilar el aumento de la demanda de pasajes”, dijo Jobim ante la Comisión Investigadora del Parlamento (CPI). El funcionario señaló que las aerolíneas son las principales responsables por las demoras en los últimos meses en los aeropuertos brasileños y anticipó “multas económicamente eficaces”. Además aseguró que las políticas del sector aéreo quedarán en manos de su ministerio, donde será creada una secretaría ejecutiva que supervisará al ente estatal Infraero y la agencia civil ANAC, cuyas autoridades están sospechadas de corrupción. La semana pasada el ministro despidió al presidente de Infraero, que había acusado a una directora de ANAC de realizar un negociado millonario con un amigo empresario de ella.