La Casa Blanca estaría preparando un plan de retirada parcial de las tropas desplegadas en Irak para el próximo año. Así lo adelantó ayer el diario The New York Times. La propuesta se fundamentaría en el informe sobre los avances militares y políticos en el país árabe que presentarán los jefes del Pentágono ante el Congreso el mes próximo. A pesar de marcar un giro en la posición de la Casa Blanca, el matutino neoyorquino advierte que la iniciativa no satisfará a los demócratas, que venían abogando desde el Capitolio por una retirada gradual, pero mayor.

Los que sí estarán a gusto con la decisión de la Casa Blanca serán los republicanos, que en los últimos tiempos han comenzado a darle la espalda al gobierno de Bush en los temas relacionados con la guerra. Como recuerda el diario, los correligionarios del presidente demandan actualmente un cambio de estrategia y una reducción, aunque sea mínima, del contingente desplegado en Irak. Con estas simples concesiones, el mandatario conseguiría elevar su popularidad dentro de su partido y, posiblemente, mejorar la imagen y la intención de voto de los candidatos republicanos de cara a las elecciones presidenciales del año que viene.

Ese será el lineamiento general de la propuesta de Bush, que no obstante seguirá sosteniendo que los intereses vitales que Estados Unidos mantiene en Irak y Medio Oriente hacen imposibles una retirada más amplia y más rápida. Según fuentes militares, el presidente no habría decidido todavía qué número de soldados podrán volver a casa el año próximo. Estaría esperando el informe del general David Petraeus, el comandante estadounidense en Irak, que no sólo evaluará la situación en el terreno, sino que además presentará una serie de opciones sobre la permanencia o no de las tropas y su redistribución. Es poco probable que el general vaya a sugerir un amplio repliegue, especialmente ya que su principal aliado en la ocupación, el Reino Unido, tiene programado una serie de retiradas parciales.

Una de las opciones sería que el contingente estadounidense volviera al tamaño previo a la estrategia de febrero pasado, cuando se autorizó el despliegue gradual de casi 40 mil soldados. Gracias a ese refuerzo, las fuerzas norteamericanas alcanzarán en los próximos meses la cifra record de 170 mil hombres.