El gobierno de Evo Morales no quiso criticar al rey Juan Carlos o al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, pero sí atacó con dureza a José María Aznar. La Paz acusó al ex presidente español de estar impulsando una campaña contra los líderes de izquierda en América latina. El ministro de la Presidencia, uno de los hombres de confianza de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, denunció los intentos del ex mandatario de desestabilizar los gobierno de Morales, Chávez y de Fidel Castro, en Cuba. “Hay una campaña internacional para debilitar a los gobiernos que no coincidan con su línea política, esto no es nuevo, no entiendo por qué se sorprenden”, aseguró el funcionario boliviano, apenas unos días después de que Morales denunciara un complot de Estados Unidos y España.

Con las pruebas en la mano, Quintana salió a defender no sólo las denuncias de Morales, sino también, indirectamente, las palabras de Chávez en la Cumbre de Santiago. En una entrevista con la agencia boliviana ABI, mostró un artículo del diario español La Razón del 12 de enero de 2006, en la que Aznar describe la situación en América latina. “La región es oprimida por la explosiva combinación de populismo e indigenismo bajo la sombra de la alianza entre Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez, al que se ha unido el presidente boliviano Evo Morales”, sostenía el ex mandatario en el conservador matutino.

El gobierno boliviano tampoco olvida que durante la primera gira del presidente Morales, apenas antes de asumir, la cúpula del Partido Popular (PP) de Aznar se negó a recibir al líder indígena, que en cambio tuvo una cálida bienvenida de José Luis Rodríguez Zapatero en el Palacio de La Moncloa. Según el artículo del diario La Razón, el PP consideraba a Morales “un elemento indigenista no deseado”.

Para Quintana la supuesta campaña de desestabilización de Aznar se puede ver en la creciente actividad internacional que asumió el líder del PP después de dejar el gobierno español hace tres años. Aznar triplicó sus actos públicos –con respecto a 2004–, participó en cerca de 200 seminarios y editó medio centenar de publicaciones. Mucha de esta actividad académica estuvo relacionada con América latina y los llamados “nuevos populismos”. Según adelantó el ministro, esta semana el gobierno presentará las pruebas que confirman que el PP está apoyando directamente a los líderes de la oposición, que no sólo consiguieron bloquear la Asamblea Constituyente sino que además demandan la autonomía de sus departamentos, casualmente los más ricos del país. “El Partido Popular del ex presidente Aznar tiene el 54 por ciento del parlamento español y, además, más del 60 por ciento de los municipios españoles. Y es esta poderosa fuerza la que está financiando a los departamentos que demandan la autonomía”, aseguró Quintana.

Una de las pruebas que seguramente presentará el gobierno de Morales es la visita a España de dos de los principales dirigentes opositores del país. El pasado 26 de octubre los prefectos de Santa Cruz, Rubén Costas, y de Tarija, Mario Co-ssío, estuvieron en Madrid y se reunieron con algunos de los referentes más importantes del conservadurismo español. Costas, además, es uno de los líderes opositores que mejor relación mantienen con el embajador estadounidense, otro acusado de complotar contra Morales.

A diferencia del presidente Chávez, Morales se cuidó desde el principio en separar a Aznar y el PP, del rey, Zapatero y su Partido Socialista Español (PSOE). Mientras Quintana acusaba al principal partido de oposición español, desde el Palacio Quemado garantizaban que las relaciones con Madrid estaban intactas. “No hay ningún tipo de tensión”, aseguró un vocero. Las palabras de conciliación de La Paz chocaban con las que se escucharon en Caracas esta semana, cuando Chávez advirtió que podría “revisar” la relación con Madrid.