EL MUNDO › LA UNION EUROPEA ENVIARA UNA MISION POLICIAL PARA AYUDAR

Kosovo anuncia hoy su independencia

Miles de albaneses salieron a las calles a celebrar un día histórico. Pero Serbia no lo reconoce y rechaza la decisión de Bruselas.

 Por Peter Popham *

Desde Mitrovica, Kosovo

Mientras Kosovo se preparaba para su primer día de la independencia y la mayor fiesta de su historia –unas 80 toneladas de fuegos artificiales fueron importados en los últimos días para la celebración oficial–, la Unión Europea anunció ayer que desplegará una misión técnica para colaborar con el joven Estado. El contingente incluirá 700 policías y jueces, fiscales y otros expertos legales, y reemplazará a los administradores de las Naciones Unidas en un plazo de 120 días. El apoyo de Bruselas permitió que miles de albaneses salieran a las calles ayer a celebrar sin temores.

El anuncio de Bruselas provocó la condena inmediata del gobierno serbio en Belgrado. Slobodan Samardzic, el ministro serbio para Kosovo, calificó la decisión de “vergonzosa”. La misión “oficialmente reconoce la independencia de Kosovo, que sigue siendo una parte inalienable de Serbia”.

Cuando la independencia se haga realidad esta tarde, los albaneses en la dividida ciudad norteña de Mitrovica estarán festejando como nunca. La parte sur de la ciudad está repleta de banderas albanesas y las calles abarrotadas de pasacalles que deseaban: “Feliz independencia”.

El humor festivo ya se había apoderado ayer de los albaneses. Mervan Gashi recorrió orgulloso todo el centro envuelto en la bandera nacional. “Esperamos tanto tiempo este día”, aseguró Ilir Becaj, su amigo de 13 años que lo acompañaba. “Estamos más que felices y no tenemos miedo porque confiamos en que la KFor (el contingente de fuerzas de la OTAN que controla todo Kosovo desde el final de la guerra civil) nos va a proteger.”

“Va a ser la fiesta más grande de la historia mundial”, sentenció sin titubear Hajdari Hajdar, un hombre mayor, que vestía una boina y un saco negro largo. “Esperamos siglos para esto. Estamos en la situación miserable en que estamos por culpa de los serbios. Si no fuera por ellos, seríamos como Estados Unidos. Durante cientos de años, Belgrado se llevó nuestras riquezas. ¡Ya no más!”, prometió Hajdar.

Pero del otro lado del viejo puente que une y divide la pequeña ciudad industrial, el humor era muy diferente. Desde que la guerra terminó en 1999, Mitrovica ha sido el lugar más explosivo de los Balcanes, el reducto donde los paramilitares ejercen una estricta división étnica. Los serbios viven del lado norte del río Ibar y en los suburbios que se recuestan sobre las laderas de las colinas que balconean la ciudad, mientras que los albaneses kosovares están recluidos en los suburbios del lado sur del puente. Las dos comunidades están a apenas unos metros de distancia, pero hace ocho años que se mantienen totalmente separadas.

La violencia estalló en esta ciudad en marzo de 2004, cuando dos docenas de personas fueron asesinadas y cientos de casas, destruidas bajo las narices de las tropas de la OTAN. El jueves a la noche una bomba detonó en el barrio serbio, dentro de una casa vecina a las oficinas centrales de la misión de la Unión Europea. No hubo heridos.

Los paramilitares serbios, que años atrás forzaron a los albaneses a abandonar sus casas y a mudarse del otro lado del puente, hoy descansan en el café Dolce Vita, estratégicamente ubicado para poder tener vigilado el puente. Ayer el café estaba inmerso en una densa nube de humo de cigarrillo y repleto de jóvenes musculosos. Pero el clima era serio. “Por el momento las cosas están tranquilas”, señaló Alexander Veselinovich, un ingeniero electrónico de 36 años, oriundo de la ciudad. “Pero la gente está un poco asustada porque han tenido malas experiencias con este tipo de celebraciones y no saben qué puede pasar. Aceptamos la policía de la Unmik (la misión de la ONU) que patrulla por acá, pero nunca aceptaremos las instituciones de Pristina”, sostuvo Veselinovich. Tampoco, prometió, aceptaremos los nuevos policías que están viniendo de Bruselas.

Como es habitual en los Balcanes, cada lado culpa al otro de la violencia. Pero lo que es innegable es que el miedo o el rechazo al aislamiento ha impulsado a miles de serbios de los enclaves en Kosovo a emigrar hacia la segura ciudad de Mitrovica. Construyeron pequeños negocios en la calle principal y, debido a su desesperación, se han convertido en vecinos difíciles de tratar, especialmente para los albaneses. “Perdieron todo y ahora quieren tomarlo todo”, intentó justificarlos Veselinovich. En la última elección presidencial, el 75 por ciento de los serbios de Mitrovica votó por el ultranacionalista Tomislav Nicolic. No tienen ningún interés en la reconciliación, lo que le da a Mitrovica un aire de inestabilidad.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Comenzaron los primeros festejos en las calles tras el anuncio de que hoy sería el día clave.
Imagen: EFE
 
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