La congestión de tránsito que provocaron desde temprano en el bajo Flores las decenas de micros que trasladaron a los camioneros hasta la cancha de Deportivo Español hacía presagiar que el acto moyanista sería un éxito. Pero los gremialistas no dudaron en “inflar” la concurrencia. “Aquí hay 44 mil personas”, dijo el locutor oficial del acto, antes de anunciar que “todavía hay unos 300 micros en camino” que nunca llegaron.

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No sólo hubo micros para movilizar a los camioneros. Muchos llegaron en los camiones de sus propias empresas y hasta hubo quien estacionó su camión-jaula repleto de ganado junto a las autopista Dellepiane.

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Decenas de camioneros calmaban, desde muy temprano, con cerveza y vino la sed que producía el calor y la humedad en medio del amontonamiento. La seguridad, que estaba en manos del propio gremio, sólo controló que no ingresaran botellas de vidrio. Ahí se pudo ver cómo un envase de plástico, para trasvasar el contenido, cotizaba más que la propia bebida.

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Media ciudad de Rosario se quedó sin recolección de residuos: unos 400 trabajadores de la empresa Cliba viajaron hasta Buenos Aires para participar de los festejos por los veinte años de Moyano al frente del gremio.

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Los funcionarios, sindicalistas e invitados especiales tuvieron mejor suerte. Detrás de la tribuna que tapaba el escenario se montó una carpa donde se cubrían de la llovizna y un discreto catering con gaseosas y agua mineral amenizaba la espera para el comienzo del acto.

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La ornamentación del escenario tuvo toda la iconografía peronista y sindical. Las imágenes de Juan y Eva Perón presidían cada lado del escenario, arriba de ellas se exhibían dos grandes logos de la CGT y de las 62 Organizaciones y el escudo del gremio completaba el decorado con una frase atribuida a Moyano: “Para un camionero no hay nada mejor que otro camionero”. Pero lo que más impresionó a propios y extraños fue la gigantografía que cerraba el fondo del enorme escenario: la reproducción de una ruta arbolada y la señalización de una próxima curva para representar la visión de los trabajadores a través del parabrisas de los enormes camiones que manejan a diario.

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Cada una de las regionales de todo el país y las distintas ramas del sindicato se identificaban con remeras –todas verdes y blancas– que hacían mención a su procedencia. Aunque algunos agudizaron el ingenio para hacerse notar frente a sus propios dirigentes. Los camioneros de Tres Arroyos y Pergamino completaron su vestimenta con gorros “Piluso” y viseras; la rama de Combustible llevó un dirigible inflable que sobrevoló la cancha, y la rama de Volquetes desplegó su bandera desde una enorme grúa que superaba la altura de las tribunas del estadio.

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Antes de que la Presidenta pronunciara su discurso, Moyano se dio otro gusto: anunció que el grupo folclórico Dos generaciones –del que participa uno de sus hijos– “homenajeará a Néstor Kirchner”. Los músicos le dedicaron la zamba que evoca de la gesta peronista del 17 de octubre del ’45 “al futuro presidente del PJ”.