La polémica comenzó apenas se escuchó la voz grave y circunspecta del titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. “Este fin de semana vamos a visitar a los legisladores a sus casas. Queremos tener con ellos una discusión fraternal y democrática”, prometió Buzzi el miércoles a la noche. La promesa de debatir en un tono amigable contrastaba con lo que había dicho poco antes el entrerriano Alfredo De Angeli. “Nuestros legisladores votarán por sus pueblos y si desconocen sus orígenes, los hombres del campo les enseñaremos a legislar”, había advertido el dirigente de Gualeguaychú. Por lo bajo y ante la prensa que cubría el discurso, los productores rurales habían traducido la frase de De Angeli: pensaban hacer escraches frente a las casas de los diputados que voten el proyecto oficial de retenciones móviles. Las controvertidas frases de los dirigentes del campo despertaron duras críticas en el oficialismo. “Es un espanto. Eso lo hacían los nazis. ¿Cuál es entonces la democracia en la que quieren vivir?”, contestó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

La promesa de visitar las casas de los legisladores también motivó una fuerte advertencia del jefe del bloque del kirchnerismo en Diputados, Agustín Rossi. “Si sucede algún hecho de violencia, si algún legislador o sus familiares son sometidos a hechos de violencia, los responsables son los cuatro presidentes de las entidades”, aseguró Rossi. El legislador santafesino fue uno de los primeros destinatarios de los escraches ruralistas. En su casa de Fisherton, mientras preparaba un asado junto con su familia, recibió un escrache de unos cien manifestantes que reclamaban la eliminación de las retenciones móviles. Ese escrache estuvo encabezado por el presidente y el vice de la Sociedad Rural de Rosario, Jorge Ugolini y Miguel Calvo. “Esto me genera preocupación. Suspendan esa maliciosa idea de visitar el fin de semana a las familias de los legisladores”, reclamó ayer Rossi.

Ante la repercusión que habían tenido las advertencias sobre probables visitas a legisladores, las entidades del campo hicieron algunas aclaraciones. Ayer, ante una consulta de PáginaI12, desde las entidades del campo dijeron que no pretenden hacer escraches por sorpresa. Prometieron, por el contrario, que antes de visitar el domicilio de un diputado o senador lo llamarán previamente por teléfono para preguntarle si estaba dispuesto a conversar sobre las retenciones móviles. Hasta ahora los simpatizantes de la protesta rural no se han manejado con esos pruritos. El lunes último, el intendente de la ciudad cordobesa de Villa María, Eduardo Accastello, y su esposa, la diputada nacional Nora Bedano, tuvieron que salir de su vivienda custodiados por la policía. Fue la noche de los cacerolazos en todo el país.

En Córdoba, los productores que reclaman la eliminación de las retenciones móviles parecen haber planificado una cruzada de presión pública sobre los cuatro diputados del kirchnerismo que aún apoyan el proyecto del oficialismo. Se trata de Bedano, Alberto Cantero, Patricia Vaca Narvaja (los tres del PJ) y Cecilia “Checha” Merchán, de Libres del Sur. En este último caso, la amenaza de realizar visitas a los legisladores produjo una rápida respuesta del movimiento al que pertenece Merchán. Libres del Sur anunció que hoy se movilizará a la casa del titular de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, en avenida Libertador 836, Capital Federal. “Así como ellos decidieron ir a los domicilios de los diputados nacionales, nosotros vamos a ir a las casas de los dirigentes ruralistas a explicarles por qué estamos a favor de las retenciones.”