Domingo, 26 de octubre de 2008 | Hoy
EL PAíS › ROBERTO LAVAGNA SE REFIRIO A LA REFORMA DE LAS JUBILACIONES
El ex ministro de Economía propuso establecer un nuevo régimen que combine reparto, capitalización pública y seguros privados voluntarios. También cuestionó los últimos anuncios del Gobierno y pidió un cambio de rumbo en materia económica.
Por Fernando Cibeira
Uno de los pocos adornos que llevó Roberto Lavagna a su oficina en la zona de Tribunales es la “lápida” (así se le llama) que recuerda el canje de la deuda externa durante su gestión como ministro de Economía. Un rectángulo de vidrio que detalla la suma en juego, 102,5 billion (miles de millones de dólares), y al pie los nombres de los bancos intervinientes. Uno de ellos, el Barclays, también forma parte de la nueva reestructuración. Sin embargo, para Lavagna, esa operatoria es “poco seria”. En general, considera que todos los últimos anuncios del Gobierno son pensados como golpes de efecto, y como ejemplo menciona desde el tren bala hasta el reciente proyecto de reestatización del sistema previsional. Intentando un difícil equilibrio en el que se muestra como crítico de alto perfil de la gestión kirchnerista al tiempo que no quiere plantarse como opositor, Lavagna pide un cambio de rumbo del Gobierno antes de que sea tarde. “El deterioro de los últimos dos años es muy marcado”, asegura. El ex ministro no da pistas sobre su futuro político pero se reivindica como el primer peronista disidente.
–Leyendo sus opiniones, da la sensación de que usted está en contra de la manera en la que el Gobierno encaró la modificación del sistema previsional pero no de la medida en sí. ¿Es así?
–Lo que pasa es que “en contra o a favor” es la Argentina que fracasa. Así nos va por estar siempre en contra o a favor. En el mundo, y ojo que no hablo del mundo desarrollado sino de los países que nos rodean como Brasil, Chile o Uruguay, que son relativamente exitosos, la discusión tiene mayor sutileza. Lo que digo es que una vez hubo un régimen estatal de reparto que fracasó. Tanto fracasó que Perón hizo un discurso en 1973 hablando del fracaso del sistema. Después hubo un régimen privado vigente hasta ahora que no es satisfactorio tampoco. Bueno, entonces ésta es la oportunidad de ponerse a discutir en serio sobre un tema que no es de corto plazo. No hay ningún apuro para salir a dar manotazos para intentar aprobar un nuevo proyecto, hay tiempo para discutir. Yo creo que debe haber un sistema de tres patas: una pata solidaria –obvia, porque hay quienes no tienen aportes al no tener trabajo o trabajo en blanco–, una pata de capitalización pública –el Estado manejando una especie de gran AFJP con cuentas individuales– y eventualmente, para el que quiera, una pata voluntaria –con un seguro o aportes privados–. Mi costumbre es que cuando hago una crítica también hago una propuesta porque si no es fácil. Eso de “se van a robar toda la plata” como dicen algunos, no construye.
–El Gobierno dice que apunta a adoptar un sistema previsional como el de España o el de Brasil. ¿Usted coincide con esos modelos?
–El Gobierno lo que hace muchas veces es intentar acomodar la realidad según lo que le guste. Cuando empezó el control de precios dijeron que era el régimen francés. Nunca jamás existió en Francia un régimen de control de precios, y menos el grotesco y fracasado control que hay en Argentina. Discutamos en serio cómo manejamos este sistema recordándole al Gobierno y a las AFJP que la plata es de los trabajadores que hicieron los aportes.
–¿Pero coincide con el Gobierno en que el sistema de las AFJP no daba para más?
–Sí, claro. Por eso me extrañó mucho cuando el año pasado el actual jefe de Gabinete hizo un discurso defendiendo el régimen de las AFJP. Ahora, por lo visto, las AFJP son las responsables de todos los males. Eso es acomodar la realidad según como le convenga en cada momento, no es gobernar con una mirada de mediano y largo plazo.
–Pero la crisis financiera internacional está ocurriendo ahora y el Gobierno argumenta que ése es el motivo por el que cambia el sistema.
–La rentabilidad de las AFJP, que en promedio estuvo afectada por comisiones muy altas, fue del 8 por ciento. Esa rentabilidad empieza a caer a partir del falseamiento de los datos de inflación. Lleva un año y medio de caída porque las AFJP tienen bonos indexados. A esa situación que ya daba rentabilidades negativas se agregó además la crisis internacional.
–¿Cómo quedó parada la economía argentina frente a la crisis? La Presidenta asegura que el país se encuentra en una situación sólida si se la compara con otros países.
–Esos son argumentos de marketing. Hoy tenemos una economía que con mucha suerte se acerca a un 4 por ciento de crecimiento, con una tasa de inflación que oscila entre el 25 y el 30 por ciento. Es decir, estamos en una situación de desaceleración e inflación alta, con problemas de creación de empleo. Ya hoy el Gobierno lo tiene que reconocer y llama a las empresas para que no despidan gente. ¿Qué hacen las empresas? No despiden a los trabajadores sindicalizados y despiden o suspenden a los que están contratados o tercerizados. Va a haber problemas de empleo importantes si no se cambia el rumbo.
–¿Cambiar el rumbo hacia dónde?
–A tener una política económica coherente. Lo que se fue perdiendo a lo largo del año 2006, y que se intensificó en 2007 y 2008.
–Usted plantea varias críticas al Gobierno pero también cuesta verlo como un opositor. ¿Como se definiría: opositor u oficialista crítico?
–Es que usted quiere ver las cosas en blanco o negro, así es como le ha ido a la Argentina. Desde 1930 en adelante hubo 11 quiebres donde el péndulo se movió de un extremo al otro. Y los errores actuales, calificables como de –o póngale el nombre que usted quiera– populismo, van a terminar entregándole el gobierno a la derecha. El deterioro de los últimos dos años es muy marcado. Si uno no cambia el rumbo, es un tobogán. Y los toboganes van para abajo.
–La pregunta tenía que ver con aquella reunión que mantuvo con Kirchner a principios de año en Olivos. Viéndolo en perspectiva, ¿cuál fue el resultado de ese encuentro para usted?
–El resultado es lo que se ve en la realidad. Yo fui a esa reunión y le dije algunas de las cosas que estoy diciendo ahora en esta entrevista con los agregados de lo que ha ocurrido en estos meses. Le dije esto, cuáles eran mis críticas en materia económica, en materia institucional y en materia de relaciones internacionales. La reunión fue muy amable pero es obvio que lo que le dije no le gustó. Creo que no estuvo de acuerdo, que quería seguir otro rumbo. Y de hecho así ha ocurrido.
–¿Y a partir de allí nunca más tuvo contacto?
–No.
–¿Hubo un ofrecimiento para que usted ingresara en el PJ?
–Hubo, pero yo dije que no porque uno tiene que estar de acuerdo. Si no, uno está dentro del PJ, como yo estoy, pero con clara capacidad de disentir. Si uno tiene un cargo, no puede disentir.
–Allegados a usted avisaron esta semana que no será candidato del armado político de Eduardo Duhalde.
–Lo que se dijo es que lo que yo voy a hacer lo decido yo. En realidad, tanto de sectores ligados al Gobierno como de sectores ligados al justicialismo disidente sugerían la posibilidad de que yo fuera candidato. No es el momento de candidaturas. Quienes han lanzado candidaturas están actuando con mucha irresponsabilidad.
–Se puede deducir entonces que usted aún no resolvió si será candidato en las elecciones del año que viene.
–Ni se me pasa por la cabeza ocuparme del tema.
–Pero en caso de recibir un ofrecimiento, ¿se sentiría más cómodo en el peronismo kirchnerista o en el disidente que intenta armar Duhalde?
–¡Pero hay varios sectores en el peronismo disidente! Y en el kirchnerismo también hay una especie de bolsa de gatos, que alguien ordena un poco casi a los palazos.
–Otro de los que intentan agrupar un peronismo disidente es Felipe Solá, ¿que le parece ese armado?
–Nosotros fuimos los primeros justicialistas –incluyo a Eduardo Camaño, a Jorge Sarghini y todo el grupo que me acompañó– en ser disidentes. Muchos que hoy son disidentes no se animaron y prefirieron quedarse bajo el paraguas del kirchnerismo. Hoy se están decidiendo varios. Me alegro, mejor tarde que nunca.
–Alfonso Prat Gay fue presidente del Banco Central mientras usted ocupó el Ministerio de Economía. ¿Qué opina de su lanzamiento como candidato a diputado de la Coalición Cívica?
–No me interesa. Temas menores no me interesan.
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