“Lo primero que deberíamos hacer es redefinir ‘mal tiempo’”, propuso el coordinador, porque el día estaba de un nublado muy ambiguo, casi a punto de llover, y mucha gente se había mandado directa y equivocadamente a la Biblioteca Nacional en lugar de ir al Parque Lezama. Carta Abierta dedicó el encuentro de este sábado a debatir en un espacio público el anteproyecto de Ley de Servicios Audiovisuales. Por el anfiteatro del parque pasaron invitados especiales como el cineasta Rodolfo Hermida, Gustavo López y Gabriel Mariotto, uno ex y el otro actual titular del Comfer. La ley de radiodifusión de la dictadura, la concentración de medios, las dificultades para ampliar la discusión sobre el anteproyecto de ley teniendo a los medios del sistema en contra fueron algunos de los temas del día.

Estaba previsto que la asamblea comenzara a las once, pero se demoró para dar tiempo a que los que habían ido a la biblioteca pudieran corregir el rumbo y llegaran al parque. En el lugar se instaló un pequeño equipo de sonido y, entre orador y orador, un integrante de Carta Abierta fue leyendo los 21 puntos de la Iniciativa ciudadana por una ley de radiodifusión de la democracia, el documento que el Poder Ejecutivo tomó como base para el anteproyecto de ley.

Hermida habló en representación del Instituto de Cinematografía (Incaa). “Nos preocupa que nuestro cine nacional, teniendo financiamiento a través de la ley de cine, no se vea en las pantallas de televisión”, dijo, tras quejarse de que con excepción de Canal 7, el cine argentino rara vez aparece en la TV abierta. El cineasta subrayó que éste es un punto contemplado en el anteproyecto de ley, que dará una cuota de la pantalla a la producción nacional.

Entre el público que se ubicó en las gradas estuvieron el filósofo Ricardo Forster, el sociólogo y director de la Biblioteca Nacional Horacio González, la periodista Lilia Ferreyra y el cineasta Coco Blaustein, algunos de los que más tarde participaron en el debate posterior.

El segundo invitado en exponer fue López. El radical K que se desempeña como subsecretario General de la Presidencia fue años atrás titular del Comfer y también presidente del directorio del Sistema Nacional de Medios Públicos. Definió a la ley vigente como “una ley de la dictadura que está basada en la doctrina de la seguridad y no habla de la información como un derecho, sino que entiende a la comunicación como una cuestión de seguridad, y al ciudadano como un enemigo interno”. López contó cómo a lo largo de la historia argentina se fueron acumulando una serie de medidas para controlar a los medios. Recordó que el primer reglamento de Radiodifusión, de 1934, impulsado por Agustín P. Justo, prohibió el lunfardo “por ser un lenguaje del hampa” y el cocoliche como un remedo de otros idiomas. En 1972 un decreto ley prohibió a las universidades abrir nuevas radios y canales de televisión y les vedó lo mismo a cooperativas, sindicatos, y en general a aquellos sectores que no fueran comerciales. La idea de tener un medio con el objetivo no de tener ganancias sino de transmitir ideas fue en la historia del país más estigmatizada que apoyada. En los ’90 se agregaron medidas que favorecieron la concentración en pocas manos. Se eliminó la prohibición de que los medios gráficos tuvieran medios audiovisuales y más tarde nuevas reformas ampliaron el permiso para concentrar licencias, de manera que según las normas vigentes, hoy una sola persona puede tener hasta 24 licencias.

Para Mariotto, que cerró la lista de invitados, la posibilidad de tener una nueva ley está vinculada con mejorar la calidad de la democracia. “No hay sistema democrático que pueda diseñarse racionalmente y con justicia social con esta estructura de medios”, sostuvo.

El público asintió, respaldándolo. Pero el titular del Comfer no obtuvo la misma aprobación unánime cuando prometió que con la nueva ley habrá más fútbol por la TV abierta. “Va a ser terrible”, le contestó una mujer de la primera fila, en medio de un generalizado abucheo femenino.

La segunda parte del encuentro estuvo dedicada al tradicional debate y a una propuesta. “La idea de que las frecuencias son patrimonio de la humanidad y el Estado nacional es representante de ese derecho de la humanidad pone a esta ley en un sentido antimonopolista muy estricto, porque se parece a los momentos fundamentales de la fundación de la nación argentina. El preámbulo de la Constitución Nacional que solía citar el fallecido Alfonsín, que se recordó tanto y a veces de una manera tan impropia en estos días, se planteaba eso: la formación de un Estado como un tipo de representante de la humanidad, ‘para todos los hombres del mundo’”, apuntó Horacio González. Para Coco Blaustein, la iniciativa del Poder Ejecutivo de impulsar una nueva ley en reemplazo de la ley de la dictadura tiene una importancia similar a lo que fue la renovación de la Corte Suprema y la política de derechos humanos. “Es muy difícil que nos volvamos a encontrar con una ley que nos favorezca tanto, y al mismo tiempo con adversarios tan difíciles de vencer”, definió. La propuesta fue un próximo encuentro para el sábado 25 de abril, día en que Carta Abierta realizará un Foro de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires para discutir el anteproyecto de ley con otros sectores: actores, directores de cine, cantantes, músicos, escritores. El foro comenzará a las 11 de la mañana y el lugar, todavía a confirmar, podría ser el Aula Magna de la Facultad de Derecho.