EL PAíS › REPORTAJE AL EMBAJADOR ARGENTINO EN ESTADOS UNIDOS, HECTOR TIMERMAN

“No aceptamos presiones”

El diplomático expuso su molestia con los dichos de Arturo Valenzuela y señaló que “habrá que ver qué queda de todo esto”. No pasó por alto que sólo se haya reunido con “la derecha” y aclaró que nunca se habló con Washington de la inseguridad jurídica.

 Por Werner Pertot

“Valenzuela cambió las relaciones con la Argentina en las últimas 24 horas, sin que nos hayamos enterado”, advierte el embajador argentino en Estados Unidos, Héctor Timerman, que aclara de entrada: “No aceptamos que se trate de hacer presiones públicas”. El diplomático está bastante menos que contento con las declaraciones del funcionario estadounidense sobre la “inseguridad jurídica” en la Argentina y la comparación con 1996. “Solamente puede tener nostalgia del ‘96 alguien que no volvió a ver qué pasaba en la Argentina del ’96 en adelante –plantea Timerman–. Es como que yo llegue a Washington y diga que no veo el clima de optimismo que se vivía acá en 2007”, grafica.

–¿Se están evaluando medidas por las declaraciones de Valenzuela?

–No más allá de mostrar nuestro desagrado y de ver cómo continuamos las relaciones. Habrá que ver qué es lo que queda de esto.

–¿Van a presentar una protesta formal?

–Hubo un comunicado de la Cancillería. Y yo, en las reuniones que tenga, voy a manifestar este desagrado y ver de qué manera modifica esto el diálogo sobre otros temas de la relación bilateral.

–¿Qué opina sobre el planteo de la “inseguridad jurídica”?

–Extrañar la situación que vivía la Argentina en el ’96 es como que yo llegue a Washington y diga que no veo el clima de optimismo que se vivía acá en 2007. Ese año acá estaban en una bicicleta financiera que terminó en un desastre. En 1996, la Argentina estaba en una situación donde una minoría vivía el jolgorio de la convertibilidad mientras cerraban fábricas, expulsaban gente, y esto llevó a la crisis de 2001.

–¿Obama no hizo campaña contra esa bicicleta financiera?

–Sí, claro. Valenzuela le recomienda a la Argentina que vuelva a la pirueta del endeudamiento permanente, algo que Obama identifica como el motivo del colapso financiero de los Estados Unidos. O él no representa la visión de Obama u Obama quiere para la Argentina algo que no quiere para Estados Unidos, lo que me parece difícil de entender.

–¿Es habitual que los funcionarios estadounidenses se reúnan con los presidenciables de la oposición?

–La Argentina es abierta en ese sentido y no veo un problema en que quiera dialogar con distintos sectores sociales. Lo que sí me parece que marca una decisión política es sólo reunirse con la derecha argentina: Macri, Cobos y De Narváez. Yo le pedí que se reuniera con actores sociales como dirigentes obreros y con el partido radical. Le dije que hay que escuchar muchas voces en la Argentina. Nunca me imaginé que sólo le interesaba juntarse con la derecha.

–¿A la CGT le negó una reunión?

–El no le pidió reunirse a la CGT. El hecho es que no se reunió con ningún dirigente sindical, los radicales y la izquierda democrática. Esto indica una concepción ideológica de Valenzuela. Solamente puede tener nostalgia del ’96 alguien que no volvió a ver qué pasaba en la Argentina del ’96 en adelante. El partido radical le pidió dos veces reunirse con él y le dijo que no tenía tiempo.

–Pero en el encuentro con Cobos estaba Ernesto Sanz, titular de la UCR.

–No, él dijo que se reunió con el vicepresidente argentino. Hay que preguntarle a la UCR si existió una reunión institucional. A mí me dicen que no se dan por satisfechos con esa reunión. Y tengo entendido que el señor Cobos no pertenece al partido radical. Si le levantaron la expulsión en las últimas 48 horas, bienvenido sea, pero yo tengo entendido que no.

–Si Cobos fue como vicepresidente, ¿por qué van con él Sanz, Rodolfo Terragno y Raúl Baglini?

–No lo sé. El discurso de Cobos no cierra y el de Valenzuela, tampoco. Si hubieran ido los radicales, seguramente habrían recordado las presiones de Estados Unidos a Illia y Alfonsín por sus posiciones de no ceder ante los intereses del momento. Al igual que ocurrió con Perón, Kirchner y Cristina. Distinta fue la relación con Menem, Duhalde y De la Rúa, que cedieron y recibieron grandes felicitaciones y palmadas en el hombro. No aceptamos que se trate de hacer presiones públicas. Valenzuela cambió las relaciones con la Argentina en las últimas 24 horas sin que nos hayamos enterado.

–¿Está diciendo que no representa al gobierno de Obama con lo que dijo?

–Lo que digo es que nunca tuvimos ningún diálogo desde que asumió Cristina sobre la supuesta inseguridad jurídica. Valenzuela no le planteó el tema ni al vicecanciller, ni al jefe de Gabinete, ni siquiera cuando me pasó por escrito los temas que quería hablar con Aníbal Fernández. Me da la sensación de que en las últimas 24 horas hubo un cambio, si no, ¿por qué no se lo dijo a los funcionarios argentinos?

–Valenzuela aclaró que “no necesariamente” piensa que hay inseguridad jurídica. Asegura que repetía opiniones de empresarios.

–La palabra “necesariamente” pone en duda lo que piensa. O lo piensa o no lo piensa. Tendría que decir si lo piensa o no. Yo no puedo saberlo y le pido que lo aclare. Si lo piensa, ¿por qué no nos lo planteó antes? Si no lo piensa, ¿para qué lo repite? Sabe tanto castellano como yo, así que no es un problema de interpretación.

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Héctor Timerman reclamó que Arturo Valenzuela aclare si realmente piensa lo que manifestó.
 
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