Domingo, 7 de marzo de 2010 | Hoy
EL PAíS › LOS OFICIALISTAS Y LOS OPOSITORES NO SE DIERON TREGUA
Florencio Randazzo y Agustín Rossi insistieron en que se busca “debilitar al Gobierno” y reclamaron que se formulen propuestas. Desde la oposición reiteraron sus críticas al kirchnerismo y pusieron en duda que el oficialismo tenga voluntad de diálogo.
Oficialismo y oposición continuaron ayer los cruces por el decreto de necesidad y urgencia firmado por Cristina Kirchner, que establece el uso de parte de las reservas para el pago de la deuda externa. Agustín Rossi, titular del bloque kirchnerista en Diputados, afirmó que los sectores opositores “tratan de debilitar al Gobierno” al tiempo que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, aclaró que hay cosas “que no son negociables”. Hilda “Chiche” Duhalde respondió que “nadie conoce” el verdadero destino de los fondos y Elisa Carrió cargó contra la “oposición dialoguista”: “No puede negociarse si se viola o no la ley”, lanzó la diputada.
Los enfrentamientos corrieron en paralelo a los llamados de ciertas figuras del Frente para la Victoria y la UCR a dialogar con la idea de convertir la idea del DNU del Fondo del Desendeudamiento Argentino (Fodear) en un proyecto de ley con tratamiento parlamentario.
Randazzo manifestó que “si la oposición tiene una propuesta mejor” en el tema del pago de la deuda, el Gobierno “está dispuesto a escucharla y acompañarla”. Sin embargo, el funcionario reclamó que “primero hagan la propuesta oficialmente”. “Por ahora no se conoce ninguna”, expresó el ministro. “Si la propuesta es conveniente para el país, estamos dispuestos a acompañarla, pero lo que nos parece una locura es llevar a la Argentina a repetir los mismos errores del pasado de no pagar las deudas”, explicó Randazzo.
Rossi, en tanto, afirmó que desde que Martín Redrado resistió el DNU que creaba el Fondo del Bicentenario, “nadie seriamente nos planteó la alternativa de convalidar aunque sea parcialmente el uso de reservas para pagar los servicios de la deuda”. El diputado aseguró que el Gobierno está tomando “decisiones beneficiosas para los argentinos”, mientras que “la oposición no persigue ningún interés legítimo sino poner palos en la rueda para tratar de debilitarlo buscando cualquier tipo de argumentos”.
Las respuestas opositoras tampoco acercaron posiciones. Chiche Duhalde anunció haberle enviado una carta a Cristina Fernández para pedirle que “convoque al diálogo”, aunque aclaró que en el oficialismo “no están acostumbrados a hacerlo”. La senadora aseguró que “nadie conoce la realidad absoluta” sobre el uso de reservas del Banco Central para el pago de la deuda y reclamó “explicaciones del Gobierno”.
Desde el radicalismo, el cordobés Oscar Aguad negó que haya “una oposición feroz” que quiera desestabilizar a la administración nacional y garantizó que el bloque opositor seguirá “intentando todos los caminos para establecer” un diálogo con el oficialismo. Así y todo, comentó que “por los antecedentes” no tiene “ninguna expectativa” de que se pueda sacar algo en limpio. El senador Gerardo Morales expresó que “por el discurso virulento de la Presidenta no veo que pueda darse un mayor diálogo” con el Gobierno. “No se puede creer que una Presidenta convoque a la desobediencia judicial. Debe tranquilizarse, tratar de apostar por el Congreso y aceptar la nueva realidad política”, sostuvo el jujeño.
Más virulenta fue Carrió, quien acusó al matrimonio Kirchner de instalar un “estado de excepción” en el país, y sostuvo que su bloque tiene “coraje y firmeza a la hora de defender la Constitución”. “Claramente –agregó–, ésa no fue la posición de Pampuro, ni de Cobos.” La titular de la Coalición Cívica, que el viernes había tildado de “miedosos” a los sectores que llamaban al diálogo, advirtió que “no puede negociarse si se cumple o no con la ley”. “Ese es el mayor error de la oposición dialoguista”, sentenció Lilita.
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