Domingo, 25 de julio de 2010 | Hoy
EL PAíS › LOS LEGISLADORES DEL OFICIALISMO QUE DEBEN DECIDIR SOBRE EL FUTURO DE MAURICIO MACRI
En la Sala Acusadora hay 19 macristas. En caso de que se abra el juicio político, tendrán que definir si hay motivos para llevar al jefe de Gobierno al banquillo. Macri confía en ellos para frenar el proceso en su contra.
Por Werner Pertot
El trámite del juicio político de Mauricio Macri será largo y pedregoso. Pero el jefe de Gobierno confía en que no tendrá problemas en frenar el procedimiento en la Sala Acusadora. Para eso cuenta con sus 19 legisladores. El líder del PRO necesita que sólo 16 de ellos voten en contra de acusarlo y así será absuelto. Este número deja en claro que Macri no cree estar corriendo un riesgo.
Es el piso del que parte. La estrategia final del macrismo no es que sólo los legisladores propios rechacen el juicio político en la Sala Acusadora sino lograr que también voten a su favor algunos sectores de la oposición, para conseguir así mayor legitimidad. Macri casi nunca habla con sus legisladores, tampoco los consultó antes de lanzarse a autoenjuiciarse. El que se encarga de la relación con ellos es su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta. Entre los 19 defensores coexisten las caras visibles del PRO y los perfiles más bajos. Página/12 hizo una recorrida por sus trayectorias.
- Oscar Moscariello. Fue electo vicepresidente primero en un acuerdo para que los sectores de Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti no se desangraran en una interna. Cuando renunció la vicejefa, pasó a ser el virtual número dos. Sin embargo, en la conferencia de prensa le demostraron que no tiene ningún poder real: lo sentaron en segunda fila, pese a que era el jefe de Gobierno en ejercicio. Tampoco le dejaron elegir al secretario administrativo, un hombre de Nicolás Caputo. Moscariello proviene del Partido Demócrata Progresista y es licenciado en Ciencia Política.
- Fernando de Andreis. Su padre murió antes de que naciera y su madre se volvió a casar con el corredor de autos Juan Manuel Bordeu. Se crió con Juan Cruz Bordeu, hijo de Graciela Borges, y también es hermanastro –vía un primer matrimonio del piloto– de Ivonne Bordeu, la primera esposa de Macri, a quien conoció desde chico. Fue primero en la lista de legisladores en 2009. Antes fue jefe de asesores de Marcos Peña, actual secretario general de la gestión PRO. Probó ser corredor de autos, pero no funcionó. Hoy va a todos lados en su moto.
- Carmen Polledo. Con su estilo recoleto (su nombre completo es Carmen Amorin Urribelarrea de Polledo), es una de las incorporaciones extrapartidarias del PRO, que quiso mostrar que suma gente “de la sociedad civil”: fue presidenta de Cooperadora Acción Social (COAS), una ONG que trabaja sobre la salud pública y también organizadora de la Feria de las Naciones. Su nieto vive en Estados Unidos y cuando viene a Buenos Aires, no duda en llevarlo a pasear en mateo por Palermo.
- Gerardo Ingaramo. Fue la mano derecha de Juan Carlos Blumberg en su momento de esplendor, al punto de que entró por él en la lista del macrismo. Con la caída en desgracia de Blumberg, cuando se supo que mintió con su título de ingeniero, siguió en el bloque de PRO, un poco sin rumbo. Lo quisieron captar los peronistas, con los que tiene afinidad. Es abogado, con un master en Derecho de la Empresa en la catoliquísima Universidad Austral. Proviene del estudio Beccar Varela, del fundador de Tradición, Familia y Propiedad.
- Cristian Ritondo. Es el jefe del bloque PRO. Regresará esta semana de Disney, desde donde anunció su lealtad a Macri. En 1984 se sumó a una corriente peronista que encabezaban Miguel Angel Toma y Carlos Grosso. En 1999 entró como funcionario al Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), durante los últimos meses del gobierno de Carlos Menem. “Me invitaron al final de fiesta”, suele decir. Fue viceministro del Interior desde la breve presidencia de Ramón Puerta hasta el final de la de Duhalde. Está enemistado con Michetti y aliado con Rodríguez Larreta.
- Alvaro González. Entró por la lista de Jorge Mercado, junto con Silvia “la Turca” Majdalani. Porteño, se crió en Santa Fe, donde fue secretario privado del gobernador peronista Víctor Félix Reviglio, el antecesor de Carlos Reutemann. Volvió a Buenos Aires en 1992 y en 1994 fue el subsecretario general adjunto de la Presidencia con Eduardo Bauzá. Luego fue director del Mercado Central en 1999, antes de desembarcar en el macrismo. Conduce, entre la chicana y el histrionismo, la Comisión de Presupuesto. Declaró un patrimonio neto de 2 millones de pesos.
- Lidia Saya. A los 18 empezó a militar en el PJ, en el grupo de Rodrigo Herrera Bravo. Se acercó al PRO desde su grupo “BsAs.ar”. Es psicóloga y formó parte del equipo de Salud Mental de la Fundación Creer y Crecer.
Está casada con el titular de la AGIP, Carlos Walter. Fue una de las más heridas en el reparto de comisiones: perdió la de Salud a manos de Proyecto Sur.
- Bruno Screnci Silva. Es un coloradista puro. Pero no de Francisco de Narváez sino de Diego Santilli, de quien fue secretario administrativo.
Ambos comparten el fanatismo por River. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires, empezó a militar en el centro de estudiantes de ese secundario. Luego formó parte de la campaña presidencial de Duhalde. Fue coordinador de gestión de Proyectos Solidarios en la Secretaría de Desarrollo Social en 2002, con Duhalde. Fue director y vicepresidente de la Corporación Antiguo Puerto Madero. Se caracteriza por su perfil bajo.
- Martín Ocampo. Preside la Comisión de Asuntos Constitucionales, por la que deberá pasar el proyecto de juicio político del PRO. Es uno de los hombres de Daniel “el Tano” Angelici, actual tesorero de Boca y ex titular de la Cámara de Bingos. Es abogado especializado en telecomunicaciones y derecho administrativo, y trabajó en el Consejo de la Magistratura porteño y en la Auditoría General de la Ciudad.
- Oscar Zago. Proviene del grupo del ex legislador Cristian Caram y es delegado del Comité Capital de la UCR. Su puerta de entrada al PRO fue Angelici. Con Ocampo tienen la costumbre de gritar en las audiencias como si fueran parte de la hinchada. Zago a veces va vestido con una camiseta de rugby.
- Raquel Herrero. Asumió de improviso en lugar de Néstor Abbas, cuando él se fue a ocupar un cargo en la gestión PRO a comienzos de este año. Es militante de Parque Chacabuco, donde tiene un local de “Encuentro Vecinal Sur”. En su blog personal, despliega fotos con su marido taxista, con sus cuatro hijas en una coreografía, sus muchos nietos, sus padres, su hermano. Lo primero es la familia.
- Avelino Tamargo. Se compró un enorme micro, lo pintó de amarillo, plasmó una gigantografía de él junto con Macri. Y después comprobó que funcionó tan sólo unos metros. Nunca lo arregló, pero el micro anda raudo en la presentación flash de su página web. Formó parte de Nueva Dirigencia, el partido de Gustavo Beliz. Al comienzo del gobierno de Kirchner, Beliz lo designó como coordinador del programa nacional Anti Impunidad. “Empecé escribiéndole los discursos a Macri, lo que hacía Beliz con Menem”, suele contar Tamargo, amigo personal de Gerardo Sofovich. Está imputado por tráfico de influencias en una causa por la rezonificación del club GEBA para construir un microestadio.
- Carolina Stanley. Joven, de anteojitos carey negros, es una hija pródiga del Grupo Sophía, de Rodríguez Larreta. Fue directora de Fortalecimiento de la Sociedad Civil, bajo la órbita de la larretista ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal. Luego asumió como legisladora y tuvo licencia por maternidad hasta hace poco. Hizo su secundario en la escuela bilingüe Saint Catherine School, cursó estudios en Valencia y en Estados Unidos, donde participó de un programa de “intercambio de jóvenes líderes”.
- Karina Spalla. Responde al ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, pero con una militancia previa en Villa Real. Estuvo a cargo en el Instituto Superior de la Carrera. Es técnica “en Liderazgo y Diseño Ontológico” del Institución de Capacitación Profesional.
- Enzo Pagani. Dicen que no duerme más de cinco horas por día. Se reserva un momento en la semana para jugar al tenis. Fanático de Boca y de los asados, empezó a militar en Franja Morada de Derecho, aunque nunca se afilió a la UCR. Ultimamente lee sobre Chubut, porque le encargaron armar el PRO en esa provincia. También se ocupa de expandir los locales amarillos en la Capital, en competencia con los que De Narváez viene abriendo. Este diario informó que estuvo imputado por estafa en el cobro indebido de indemnizaciones por un accidente de tránsito en perjuicio de una aseguradora. Pagani explicó en su momento que esa maniobra pertenecía a su ex suegro, Fernando Lloberas.
- Jorge Garayalde. Se hizo conocido a fuerza de iniciativas disparatadas.
Primero presentó un proyecto para exigirles a los empleados de la Legislatura que vistan “correctamente, cuidando su indumentaria y aseo personal”. Además señaló que debían “utilizar trato y lenguaje correctos”. En el texto señalaba que considera “la administración pública como una suerte de empresa de servicios”. También recibió críticas cuando quiso festejar “con agrado” un aniversario del Mundial ’78, utilizado por la dictadura para intentar encubrir las denuncias internacionales por la represión ilegal. Por estos días insiste con sacar una ley para festejar “el día del fútbol”. No deja pasar oportunidad cada vez que viene un deportista internacional: lo lleva a la Legislatura y se saca una foto.
- Marta Varela. Acompañó a Carlos Melconian en la lista de senadores en 2007. Su apellido de soltera es Agostini. Está casada con uno de los dueños de la papelera Sarandí. Entró por la buena relación de su marido con los amigos de Mauricio del Cardenal Newman: Caputo y José Torello. Estudió Letras en la Universidad del Salvador y periodismo en la UCA.
En PRO la critican porque sostienen que se abstuvo de votar cuando la Legislatura trató un apoyo a la detención de José Martínez de Hoz.
- Diana Martínez Barrios. Maestra de escuela y profesora de Ciencias Biológicas y Naturales, es la mujer de Juan Carlos Toso, uno de los auditores de la ciudad. En su página web puso un cartel gigante en amarillo que dice “No nos van a parar”, y abajo un texto donde ratifica que acompañará al jefe de Gobierno.
- María Eugenia Rodríguez Araya. Llegó a Recrear de la mano de Jorge San Martino y Marcelo Meis, que consiguieron ubicarla en la lista de legisladores. Luego se pasó al PRO junto con los otros miembros de Recrear. Tiene un master en Seguridad Pública en la Universidad de la Policía Federal Argentina y trabajó en el Renar como jefa de la división secuestros. Este diario informó que llevó a la Comisión de Seguridad a José Luis Bo, quien fue condenado por haber sido uno de los oficiales del Ejército que a fines de los ’90 comandó una red de espionaje sobre las causas por delitos de lesa humanidad de esa provincia. Rodríguez Araya mantiene una buena relación con López Murphy, y se corren rumores sobre que abandonará el bloque PRO a comienzos de agosto.
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