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En los palacios a ambos márgenes de la Plaza de Mayo se ha comenzado a escuchar esta frase: “Nuestro candidato puede ser (el canciller Rafael) Bielsa, o alguien de afuera de la política”. Lo dicen en la Casa Rosada, lo dicen en el Palacio Municipal, los dos espacios de poder cuya interjección parirá al candidato a diputado por los dos oficialismos para las elecciones de 2005. ¿Quién será ese “alguien de afuera de la política”? Nadie lo sabe aún. Ni Néstor Kirchner ni Aníbal Ibarra lo tienen, por apelar a una frase un tanto fuera de época, in pectore.
El Presidente observa semana a semana las encuestas que les hacen llegar sus consiglieri. De los potenciales aspirantes que allí se miden, el canciller sigue llevando la delantera. Ubicado en segundo o tercer lugar, según sea el sondeo que le acercan, Bielsa arranca con una intención de voto superior al 15 por ciento. “Para alguien que aún no es candidato es un inicio auspicioso”, dicen en ambos lados de la Plaza de Mayo, habida cuenta de que la oferta electoral, a un año vista, ya cuenta con dos aspirantes instalados como tales: la jefa de ARI, Elisa Carrió, y el empresario Mauricio Macri (vale destacar que el presidente de Boca aún cavila su participación en los futuros comicios y, de hacerlo, en qué distrito competirá, la Capital o la provincia de Buenos Aires).
Bielsa concentraba en su persona la rara alquimia de ser el hombre de consenso entre Kirchner e Ibarra, a la vez que no es un dirigente surgido del riñón de ninguno de ellos. Tal como adelantó este diario y el propio canciller lo hizo público esta semana, Bielsa preferiría seguir en su cargo al frente del Palacio San Martín hasta que finalice el mandato del patagónico. No obstante, de concretarse el ofrecimiento para que compita por los colores del oficialismo nacional y municipal en 2005, el canciller bajaría de los bronces de la diplomacia a los fangos electorales (con un cierto gusto).
Sin embargo, alguna duda se ha atravesado en los pensamientos presidenciales. “El candidato debe ser una persona que inequívocamente represente al gobierno de Kirchner”, decían el viernes a Página/12 en uno de los despachos centrales del primer piso de la Casa Rosada. Quien lo dijo no dudó que un ministro de la administración concentra tal característica sine qua non, tal el caso del canciller. Así lo acotó el confidente de este diario; no obstante, agregó que también podría ser un “tapado”, alguien “de afuera de la política”. El contertulio de Página/12 no pudo decir quién sería el agraciado (o agraciada).
En el aerópago del Palacio San Martín se pensaba –a modo de hipótesis– que si Bielsa fuese el candidato, debería ser acompañado por figuras representativas del pensamiento imperante en Balcarce 50 y en la antigua Muni. A no ser por el detalle de que es bonaerense, la figura de Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, entusiasmaba al canciller y a sus escuderos.
Reserva
Mientras esto ocurre en los rincones de la administración nacional, en la Jefatura del Gobierno porteño también mueven la mesa de arena. Ibarra se ha lanzado a caminar el país para armar un partido o confederación de partidos para corporizar en algo más que buenas intenciones el tan mentado y aún no concretado espacio de centroizquierda. Pendiente está un futuro encuentro entre los intendentes progresistas –él, Luis Juez de Córdoba, Miguel Lifschitz de Rosario y su antecesor Hermes Binner, también rosarino–. Al meeting aún le faltan unas puntadas para realizarse. El Lord Mayor porteño espera poder darlas esta semana. Paralelamente, Ibarra prepara una serie de giras por el interior del país, apresurando la nacionalización de su figura con vistas al futuro. El futuro, en este caso, se llama 2007.Una estación antes, el 2005, es no obstante el mojón a saltar. Al igual que Kirchner, Ibarra está convencido de que puede ganar la elección del año entrante, contradiciendo los sondeos que, por ahora, dan ganadora a Carrió. “En la ciudad nos va bien, las obras subterráneas avanzan rápidamente y estamos por largar una batería de obras sobre la superficie, bajamos los impuestos y subimos la recaudación. Si a esto le suma la buena tarea del gobierno nacional en la renegociación de la deuda (externa) y lo que ello significa, el escenario se volverá más que favorable para nosotros, y eso se traducirá en las elecciones.” La parrafada pertenece a un principalísimo funcionario porteño. Cualquier estratega de la Rosada está en condiciones de suscribir dicha frase, empezando por el Presidente.
Ibarra cavila, también, sobre la nómina de diputados para los mentados comicios 2005. “El que importa es el primero. Si concertamos, si encontramos al cabeza de lista, Feletti y Telerman seguirán en sus cargos en la ciudad”, dijo el viernes a sus íntimos el jefe de Gobierno. Roberto Feletti es secretario de Obras Públicas de la ciudad; Jorge Telerman es vicejefe de Gobierno y titular de Desarrollo Social. Ambos eran sus potenciales candidatos a encabezar la lista de diputados. Ahora, el ex fiscal decidió mantenerlos en sus áreas respectivas, las más sensibles y estratégicas de la administración de la Reina del Plata.
Ante la posibilidad de alcanzar un escenario más benéfico, hay un poco más de distensión tanto en la Rosada cuanto en el Palacio Municipal. Los estrategas de ambos palacios ven a Carrió como una adversaria importante pero ya no imbatible –como aparecía en los sondeos apenas un mes atrás–. Kir-
chner e Ibarra irán a la confrontación más relajados y acaba de abrirse un paréntesis sobre la posible candidatura de Bielsa. El nombre definitivo lo darán las encuestas (dentro de la preselección que hacen alrededor de la Plaza) aproximadamente en marzo del año entrante.