EL PAíS

Críticas a derecha e izquierda

Pese a que aceptó modificaciones al proyecto original, la creación de Enarsa encontró al Gobierno con el apoyo casi exclusivo del PJ. Las posturas de la izquierda y la centroderecha, en dos entrevistas exclusivas

 Por Raúl Dellatorre

JULIO GAMBINA, IZQUIERDA UNIDA.
“Una oportunidad perdida”

Julio Gambina es economista, director de Idelcoop y responsable del Comité Coordinador Attac-Argentina.
–En Diputados se le habría dado ya la formulación definitiva al proyecto Enarsa. ¿Qué opinión le merece?
–Una cosa es lo que se anunció desde el comienzo, cuando se planteó la creación de Enarsa, y otra lo que está resultando. La presión del arco opositor tuvo un logro importante, que fue introducir un mayor grado de supervisión del Estado. Pero lo que no se logró, a contramano de lo que se suponía debía ser necesario para cumplir el rol de empresa testigo, es que tuviera el carácter de sociedad del Estado. La posibilidad de integración de un 35 por ciento del capital por parte del sector privado es un elemento negativo.
–¿Quedan limitadas las posibilidades de cumplir el rol para el que fue creada?
–El proyecto se queda a mitad de camino de la posibilidad de recuperar el manejo de la renta petrolera para el Estado. Hubiera hecho falta crear una empresa energética estatal para que la administración de la renta petrolera estuviera en manos del Estado. En un mercado altamente oligopólico, fuertemente concentrado hasta el nivel de la comercialización de combustibles, inclusive, recuperar el control de la renta petrolera es crucial. Queda por ver cuál será su real capacidad operativa. Sale a jugar con un espacio para operar muy restringido. Habría que ver qué tipo de alianzas se proponen. Incluso se habla de un muy escaso plantel de personal al servicio de Enarsa, lo que hace suponer que para desarrollar cualquier clase de actividad deberá asociarse con terceros.
–Se habla de una asociación con Petróleos de Venezuela, Pdvsa...
–... de concretarse, podría apuntar a una perspectiva distinta, dentro de lo que se ha denominado Proyecto Petrosur. Lamentablemente, no está siendo parte Petrobras, que está embarcada en acumular en Brasil de la renta petrolera que obtienen en Argentina. Si se proponía recuperar una política petrolera, podría haberse planteado otro tipo de asociación bajo una forma cooperativa o asociando a todos los actores del sector, incluidos los propietarios independientes de estaciones de servicio. Esto hubiera permitido una participación social en la toma de decisiones. Si el proyecto Enarsa hubiera sido formulado para avanzar en sectores inexplorados, podrían haberse encontrado formas asociativas con distintos actores hoy excluidos de los ámbitos de toma de decisión. Se ha perdido otra oportunidad.
–Hay sectores que, compartiendo la necesidad de recuperar una empresa estatal de energía, señalan que esta propuesta es la posible para esta etapa.
–Ese es el argumento, y no es verdad. Es lo mismo que se plantea con la negociación de la deuda. Una demostración de que es posible pasar ciertos límites es lo que está haciendo la Corte Suprema, como leía hoy (ayer) en Página/12 (Panorama Económico de Alfredo Zaiat), a través de fallos que modifican sustancialmente las relaciones de poder, tocando temas claves que molestan al poder. Generalmente, cuando se busca este tipo de argumentos, se lo justifica por el equilibrio de fuerzas que hay. En la medida en que el capitalismo se normaliza, como le gusta decir al presidente de la Nación, uno ve que se toman medidas que son funcionales al actual ciclo del capitalismo dominante. Se podría haber avanzado en otro sentido, pero para ello se requiere una coalición social, configurar un bloque distinto al hegemónico. La búsqueda de un capitalismo normal está llevando al Gobierno lejos del capitalismo nacional que en sus primeros tiempos planteaba Kirchner, que está cada vez más cerca de un capitalismo otra vez bajo el dominio de las transnacionales.

GABRIEL LLANO, INTERBLOQUE FEDERAL.
“Una propuesta mediática”

Gabriel Llano es diputado nacional por Mendoza. Junto a su partido, el Demócrata, integra el Interbloque Federal, junto a Recrear, el PDP y otras ocho agrupaciones provinciales de centroderecha.
–¿Qué evaluación hace de la creación de Enarsa?
–Este proyecto de empresa energética multipropósito no va a servir para cumplir la función para la cual fue propuesta. Su efecto concreto es que va a romper el mercado eléctrico y el gasífero, dos mercados que venían funcionando bien. Además, nos vamos a enfrentar a una serie de riesgos, porque se le asignan a Enarsa funciones que son indelegables del Estado. Se le da mandato para que actúe en caso de situaciones de posición dominante. Se la autoriza a actuar sin ningún tipo de límites en mercados en cuyos fundamentos, en los respectivos marcos regulatorios, están planteadas las premisas para impedir situaciones de posición dominante, como en el gas y la electricidad, donde ninguna empresa puede actuar a la vez en generación, transporte y distribución. Enarsa, por las facultades que se le otorga, sí podría hacerlo. Y si entra jugando los tres roles a la vez, rompe el mercado.
–¿Por qué consideran que hay riesgos también en la vinculación que pueda tener Enarsa con el sector privado?
–Porque Enarsa no tiene ningún límite en materia de asociación con sectores privados. La ley le otorga diversas funciones propias del Estado, como el control de la información en el sector, la posibilidad de realizar auditorías, y otros datos que podrían quedar a disposición del privado que se le asocie. Además, para intervenir en un determinado renglón lo deba hacer por vía de licitación. Unicamente se le fijan límites a la actividad que pueda desarrollar en la plataforma marítima, porque deberá regirse por leyes que le imponen condiciones de transparencia y competencia. Pero para actuar en el sector eléctrico o en el gasífero, no existen estos límites. Por ejemplo, podría decidir la construcción de una línea de transporte eléctrico y adjudicarla por un simple contrato. Tarde o temprano, estas facilidades terminan en hechos de corrupción. Nuestra postura fue “hagan Enarsa, pero que compita en igualdad de condiciones” con las empresas del sector privado.
–No se resolvió así, pero Enarsa tampoco fue pensada como una empresa más en el sector energético.
–Se formuló como empresa multipropósito, con una órbita de actuación gigantesca. Tiene un objetivo social tan variado que por querer hacer todo, no va a hacer nada. Fue, fundamentalmente, una construcción mediática, una respuesta puntual a la crisis energética. No estaba en los planes de la Secretaría de Energía, fue una respuesta imaginada por el Ministerio de Planificación. Y no está en condiciones de dar respuesta a las soluciones que demande esa crisis.
–En definitiva, ¿qué esperan que resulte en la práctica esta empresa?
–Va a ser una gran unidad de contrataciones. No tiene infraestructura propia ni la va a tener. Va a actuar siempre asociada a terceros, o directamente a través de terceros. Si se abre una posibilidad de encarar determinado emprendimiento, como podría ser una línea de transmisión eléctrica, yo si quiero participar voy a tratar de asociarme a Enarsa, el caballo del comisario. ¿Voy a ir por afuera? Esto genera una enorme inseguridad jurídica. Y va a prolongar esta situación de falta de inversiones privadas que hoy padecemos, con lo cual la crisis energética no tiene solución. El Estado va a terminar poniendo la plata, distrayendo fondos de lo que debería ser su tarea específica, que es atender este “apartheid” que hoy padecemos en lo social y en la educación.

Compartir: 

Twitter

 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.