El Gobierno y la oposición volvieron a cruzar acusaciones por la reforma del Consejo de la Magistratura. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, culpó a quienes la rechazan de actuar con “hipocresía” porque, a su entender, lo que quieren en realidad es “preservar los puestos” que tienen en ese cuerpo “y el manejo de un presupuesto importante”. Desde los opositores, se destacó la crítica intervención en el debate del socialista Hermes Binner, de tradicional buena relación con el kirchnerismo, quien remarcó que el “único” que defiende el proyecto “es el Gobierno”. Binner consideró poco democrático el modo en que la Casa Rosada está impulsando la iniciativa. “No es malo que tengamos un Presidente que tenga tanta popularidad, pero eso no le otorga el derecho de hacer lo que quiera, al contrario”, dijo el diputado socialista. “Tener la mayoría no quiere decir que se puede imponer a sangre y lodo lo que usted quiera.”

La reforma será el principal punto en discusión este verano en el Congreso, que a pedido del Ejecutivo seguirá sesionando hasta el 28 de febrero para tratar las leyes pendientes. Al disponer la prórroga de las sesiones extraordinarias, el Gobierno no agregó ningún proyecto nuevo al listado de temas, ya que su interés es que se avance con el análisis de las iniciativas que tienen estado parlamentario. En el caso de la reforma del Consejo, el oficialismo sostiene que ya cuenta con los votos de 122 diputados; para aprobar la polémica medida necesitará de 129, la mayoría absoluta del cuerpo.

Ayer, el jefe de Gabinete siguió la línea de lo planteado por Kirch-

ner durante la semana. Fernández señaló que “el Consejo ha sido un organismo que ha funcionado muy mal, que ha generado un gasto enorme al erario y donde ha habido un manejo discrecional de los fondos”. En ese sentido, afirmó que al Estado le cuesta “950 mil pesos al año”. Para el funcionario, “la oposición patalea porque, entre otras cosas, pierde la posibilidad de tener un miembro en ese Consejo que le da la facultad de nombrar 9 asesores, cuyos sueldos oscilan entre 6 y 16 mil pesos. No es una discusión inocente”, sostuvo.

Por su parte, Binner, tras lamentar las críticas del jefe de Estado contra la oposición por unirse para decirle “no” a la iniciativa de reducir de 20 a 13 el número de miembros del Consejo, replicó que con tal iniciativa “no queremos conformar una máquina de impedir”.

El ex intendente de Rosario defendió su decisión de unirse a Elisa Carrió, Mauricio Macri, Ricardo López Murphy, Patricia Bullrich, Claudio Lozano y Federico Storani, entre otros. “Sabemos y leímos el resultado de las elecciones, sabemos que tienen mayoría, no la negamos, pero también en el ejercicio de la democracia una mayoría no quiere decir que se puede imponer a sangre y lodo todo lo que se quiera”, advirtió. Y exhortó al Presidente a “no profundizar una fragmentación” como la que existe en Venezuela, pues ése “es el peor de los escenarios que nos puede tocar”.

En el mismo sentido, el intendente de Córdoba Luis Juez ratificó su rechazo a la reforma y dijo que no hace “kirchnerismo bobo”. “Creo que se presta para que alguien pueda pensar que se puede manipular la Justicia”, opinó del proyecto.

La reducción en el número de integrantes del organismo, sostienen los opositores al proyecto, limitará la representatividad de las minorías parlamentarias y del sector de jueces y abogados. No implicará que se agilicen sus decisiones. En cambio, concentrará el poder del oficialismo que quedará en condiciones de bloquear las votaciones en los plenarios.

La iniciativa ha generado no sólo el reacomodamiento de la oposición, sino también disidencias en el kirchnerismo, como las del ex canciller Rafael Bielsa y Oscar Massei, y una crisis en el sector de los ex duhaldistas, que esta semana quedó al borde de la fractura. Especialmente con las declaraciones de Hilda “Chiche” Duhalde, quien cuestionó a José María Díaz Bancalari, titular del bloque Peronista Federal, por no haberse sumado a la estrategia de rechazo al proyecto. Ayer, Bancalari le replicó que no se aliará a la “oposición no peronista” para aparecer en “una foto” que, a su criterio, tuvo “más de cambalache que de responsabilidad institucional”.

“No nos van a encontrar con la oposición no peronista, por llamarla delicadamente así. No nos van a encontrar ni antes ni ahora ni nunca, somos peronistas y procuramos desde el justicialismo corregir todo aquello que a nuestro juicio no beneficia a la sociedad”, dijo el legislador. También el ministro de Defensa, José Pampuro, se sumó a la batalla verbal. En declaraciones radiales consideró que los opositores “se juntan a partir de un hecho demasiado puntual y, al ser tan coyuntural y mostrar una diversidad de arco político tan disperso, pierde, en ese sentido, representación”.