EL PAíS › OBREROS, EMPRESARIOS Y PROFESIONALES EN LA PROTESTA DE UOCRA

Unidos para pedir un salvavidas

Una fuerte manifestación, con camiones y topadoras, rodeó la Plaza de Mayo. Se pidió apoyo económico para la construcción.

Obreros, empresarios y profesionales de la construcción se movilizaron ayer a Plaza de Mayo para reclamarle al Gobierno medidas que generen la reactivación del sector. En un petitorio que entregaron al jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, los gremios y asociaciones empresariales convocantes pidieron “la asignación inmediata de fondos para el financiamiento de proyectos de infraestructura y emprendimientos públicos y privados” y aseguraron que “con sólo el 10 por ciento de lo destinado al salvataje a los bancos se puede poner en marcha a esta industria, que tiene positiva incidencia social”.
La protesta fue convocada por la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) y otros 13 sindicatos y cámaras empresariales. Tras un breve acto en la esquina de la Avenida de Mayo y Piedras, la caravana de manifestantes, camiones y topadoras se dirigió hasta la Plaza de Mayo. Las bocinas atronaron en la city durante largo rato. Mientras, el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, y un grupo de empresarios se dirigieron a la Casa de Gobierno para entregarle un petitorio-propuesta al jefe del Gabinete, Alfredo Atanasof. En el documento de la multisectorial, además de señalar el estado de decadencia del sector, se propuso al Gobierno, entre otros puntos, “acelerar el inicio de las obras públicas que ya cuentan con partidas presupuestarias asignadas y asegurar la vigencia de las condiciones de seguridad jurídica y certidumbre, imprescindibles para el proceso de inversión”.
“Nuestra industria está totalmente paralizada, tenemos 600 mil trabajadores desocupados”, declaró Martínez a Página/12 luego de la audiencia, y enfatizó que “lo inédito de la iniciativa es que logramos construir un espacio multisectorial donde confluyeron empresarios, arquitectos, ingenieros, escribanos, dueños de inmobiliarias y trabajadores; todos afectados por la crisis”. El dirigente, integrante de la CGT oficial, advirtió que “con este panorama, el Gobierno no puede esperar a que haya una guerra civil para comenzar a intervenir” y aseguró que “con 150 millones de dólares por mes, apenas el 10 por ciento de lo que se está gastando en sostener al sistema financiero, se podrían generar 90 mil puestos de trabajo en forma directa”. Y aclaró que “los trabajadores estamos pidiendo trabajo y aceptamos el subsidio de desempleo como una salida transitoria, pero la salida definitiva que buscamos es reactivar esta industria para bajar los alarmantes niveles de desocupación”.
Por su parte, Aldo Roggio, vicepresidente de la CAC y referente de una las empresas constructoras más importantes del país, declaró que “se pueden tomar las decisiones, dictar las normas necesarias y adoptar las políticas fiscales para estimular la puesta en marcha de los proyectos de inversión tanto privados como públicos”. Y agregó que “todos los países del mundo salieron de procesos recesivos reactivando la industria de la construcción, ya es la hora de reactivar el sector y desplegar su potencial para retomar la actividad económica y crear empleo”. Luego del encuentro con Atanasof, Gerardo Martínez aseguró que el jefe de Gabinete se comprometió a “crear un canal abierto para analizar las propuestas de la multisectorial”.

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Camiones, topadoras y manifestantes de a pie llenaron de ruido de bocinas la Plaza de Mayo.
 
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