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Mosconi, un año después
Por Enrique M. Martínez *
El 17 de junio de 2001 se produjo la represión al corte de ruta del cual participaba masivamente el pueblo de Mosconi. La sangre derramada colocó al tema en primera plana de toda la prensa nacional. Una semana después logramos viajar a la zona, con un grupo de colaboradores, para intentar dar otro enfoque al conflicto, con el trabajo como solución.
Hemos hecho un balance. Logramos instalar el tema. Conseguimos que se aprobaran una docena de créditos en el Banco Nación, mientras otros veinte quedaron enredados en la burocracia. Seleccionamos 70 proyectos micro que esperan en vano un fondo especial de crédito que solo se aprobó en el papel. La oficina de promoción forestal seleccionó unas mil hectáreas para forestar, pero las inversiones no se realizaron. Dialogamos con todas las petroleras para intentar convencerlas que sus programas de asistencia social eran ineficientes. Llevamos a una misión de Unicef que comprobó graves carencias de calidad de agua potable en la zona y ofreció recursos, sin que nadie tomara el guante. Finalmente, habilitamos una oficina de asistencia técnica que trabajó en Mosconi y Tartagal, con personal local, que sin explicaciones fue desactivada por el gobierno nacional hace dos meses. Tres puntos sería calificación generosa para los resultados.
Hace poco, sin embargo, me visitó para saludarme en Buenos Aires uno de los líderes de aquella pueblada, distinción que no muchos funcionarios pueden exhibir. Me contó que con los planes transitorios de empleo ya cultivan 21 huertas comunitarias. Que finalmente han convencido a una petrolera que les dé las semillas a ellos, que las usan mejor. Que han armado una mesa de consenso con las empresas pyme de servicios petroleros, para sustituir empresas extranjeras que operan en la zona. Y me mostró el plano de la entrada a Mosconi, donde han plantado, a ambos lados, más de 1000 lapachos. Lo han hecho en doble cortina, para que se pueda descansar bajo el túnel de vegetación que se formará.
Después que se fue entendí que esos árboles se unirán en lo alto por lo menos dentro de 20 años. Será después que se haya ido el gobernador Romero, que no cree que esos compatriotas merezcan el respeto del diálogo. También se habrá ido el opositor a Romero, el hoy senador Gómez Diez, que sólo se acercó a nosotros para obtener alguna ventaja electoral de nuestro trabajo. Seguirán estando los habitantes de Mosconi, peleando un futuro mejor. He agregado a mis sueños tener suficientes años de vida por delante para poder caminar algún día bajo el cielo rojo de esos lapachos en flor, del brazo de la gente de Salta. Al pueblo de Mosconi, salud.
* Encuentro Transformador.