Juan José Galeano se presentó ante el juez Ariel Lijo y apeló a la misma argumentación que no le dio ningún resultado en el juicio político que lo destituyó: admitió el pago de 400 mil dólares a Carlos Telleldín durante la investigación del atentado a la AMIA con el argumento de que fue una “operación de inteligencia para obtener información”, y su responsable, el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy. El ex juez declaró por escrito como sospechoso en la causa sobre el encubrimiento del ataque terrorista, en la que está acusado de otros delitos muy graves, entre ellos la privación ilegal de la libertad agravada de una mujer y la instigación al falso testimonio de un testigo. En el texto que llevó a tribunales dijo que los cargos en su contra son “ciencia ficción” y fruto de los “vaivenes políticos”. Lo volverían a citar para hacerle preguntas.

Cuando Lijo decidió llamar a Galeano a indagatoria señaló, en base al planteo del jefe de la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia, Alejandro Slokar, y a la sentencia del Tribunal Oral 3 (TOF 3) sobre el caso, que hay pruebas que lo comprometerían en: el pago ilegal a Telleldín para que diera una versión falsa que involucrara a policías bonaerenses encabezados por Juan José Ribelli; la detención de Miriam Salinas como imputada, bajo amenaza de quedar pegada al atentado, para que hablara sobre el entorno de Telleldín; la instigación al falso testimonio a Gustavo Semorile; la manipulación de pruebas para armar una hipótesis.

El ex magistrado presentó un descargo escrito en el juzgado de Lijo y aclaró que estaba dispuesto a contestar preguntas. Los fiscales Carlos Cearras y Patricio Evers estudiarán su presentación y volverían a citarlo en unos días. “Mi única intención fue descubrir la verdad de lo ocurrido. Estoy convencido, estaba muy cerca de ella”, escribió Galeano. Hasta ahora, los otros acusados que declararon le echaron la culpa a él: Telleldín –absuelto en el juicio oral–, dos ex espías, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja y el ex titular de la SIDE Anzorreguy. “Todos intentan desligarse de la acusación a expensas mías”, se quejó. En medio de sus explicaciones plasmadas en ochenta páginas, apuntó que la senadora Cristina de Kirchner, entonces diputada, avaló su actuación.

u Galeano dijo que el pago a Telleldín fue parte de “una operación de inteligencia llevada adelante por la SIDE, procurando obtener información” sobre el atentado, que tenía respaldo legal y que “no debía dejar constancia escrita alguna” porque era “un secreto de Estado”. “Yo no dispuse ni pedí pagarle nada a nadie”, afirmó. Agregó que todo lo dispuso Anzorreguy y de dónde salía el dinero era decisión del gobierno de Carlos Menem. El problema para el ex juez es que no se lo acusa, en realidad, de comprar información, sino de pagar una declaración falsa. El delito es peculado.

u La detención de Salinas, señaló Galeano, fue parte de “la búsqueda de todas las conexiones” con la camioneta usada en el ataque. “No se ejerció presión”, dijo. En tono de excusa, señaló que era un momento de mucho trabajo en el juzgado. Semorile, agregó, “se expresó de manera voluntaria”.