“Los servicios de inteligencia calculan una cuota de 30 mil muertos.” La frase del escritor Haroldo Conti quedó flotando en la pantalla, antes de que se sucedieran las imágenes del golpe, de Jorge Rafael Videla y José Alfredo Martínez de Hoz, de las Madres y las Abuelas en las primeras rondas, del juicio a las juntas, del acto del 24 de marzo de 2004 en la ESMA y la misa en la Iglesia Santa Cruz por la recuperación de las madres fundadoras. El video del Instituto Espacio para la Memoria (IEM), que nuclea a 12 organismos de derechos humanos, culminó con las llamas del 20 de diciembre y de una silueta de fuego en el ex centro clandestino de detención El Atlético. Una sobreviviente de ese campo, Ana María Careaga, encabezó el acto como directora del IEM. “Quiero compartir una victoria con ustedes: se ha podido identificar al nieto número 84”, anunció en el acto de inauguración en el teatro ND Ateneo.

El video con el que abrieron el acto tejió la historia de la represión a través de los poemas y las palabras de desaparecidos, como el poeta Francisco “Paco” Urondo y el periodista Enrique “Jarito” Walker. “Treinta años de lucha de los organismos confluyeron en este espacio. Esto es una construcción colectiva. Qué bueno que estamos todos juntos”, dijo Careaga.

El IEM es una institución autárquica y autónoma de la ciudad que está integrada por Abuelas y Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, CELS, MEDH, LADH, Serpaj, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Buena Memoria, Fundación Memoria Social e Histórica, H.I.J.O.S., Hermanos y el gobierno porteño, que estuvo representado por la ministra de Derechos Humanos y Sociales, Gabriela Cerruti. Se vio también al ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra, quien recibió un caluroso aplauso del público que colmaba el teatro.

El espacio que se presentó ayer tendrá a su cargo formar un archivo que centralice los de los organismos, difundir la memoria del terrorismo de Estado, sus antecedentes y sus consecuencias, con actividades educativas y culturales, y recuperar los lugares donde funcionaron centros clandestinos de detención.

“Frente a los renovados intentos de renovar la teoría de los dos demonios, compartimos la denuncia sobre el terrorismo de Estado. La ferocidad de un solo demonio no tuvo límites a la hora de imponer un modelo económico de exclusión, que arrasó con los derechos económicos y sociales de la población”, destacó Careaga, tras los múltiples actos de militares retirados y en actividad en los que se reivindicó el terrorismo de Estado. La directora aseguró que “luego vino otro genocidio que se reactualizó con la exclusión, privando a miles de los más elementales derechos: educación, salud, el derecho a la vida”.

En un mar de aplausos, un representante de cada organismo subió al escenario y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel habló en nombre de todos. “Todo pueblo tiene memoria y es muy importante fortalecerla para iluminar el presente”, sostuvo. “Este espacio es central para armar el rompecabezas de la dictadura, de los campos de concentración como la ESMA, para reafirmar la lucha por la verdad, la memoria y la justicia”, afirmó Nora Cortiñas, de Madres, a Página/12. Por su parte, Alba Lanzillo-

tto, de Abuelas, concluyó: “Este espacio es de todos. Servirá para debatir, para que la gente venga a buscar información y para que el pueblo se acostumbre a no olvidar”.

Informe: Werner Pertot.