Pasaron nueve meses desde que desapareció Jorge Julio López y en la causa que investiga el hecho no hay ningún detenido. La pesquisa está focalizada en los ex policías que mencionó López en su declaración durante el proceso contra el represor Miguel Etchecolatz y los investigadores se mostraron optimistas ante la consulta de Página/12. Pero los querellantes denuncian que no hay ningún avance significativo tampoco en esa pista. Esta semana fueron recibidos en la Corte Suprema, en un esfuerzo por evitar que el caso caiga en la impunidad, pero es improbable que el máximo tribunal pueda intervenir. Y el lunes habrá actos en La Plata y Capital para tratar de impedir que caiga en el olvido.

El secreto de sumario impuesto por el juez federal Arnaldo Corazza, a pedido del fiscal Sergio Franco, sugería la posibilidad de novedades importantes. Pero los querellantes constataron que no había nada nuevo cuando accedieron al expediente. “En todo este tiempo no hubo ni un detenido, que es lo que ocurre luego de que una causa pasa a secreto, y tienen montones de nombres, pistas no investigadas, interrogantes como quién tiró las llaves al jardín...”, se lamentó Myriam Bregman, representante de López en el juicio que contra Etchecolatz. Distinta es la visión de los investigadores. Sin revelar detalles, una fuente judicial aseguró a este diario que “hay algo, un camino interesante”, y hacia allí apuntaron las 50 medidas que pidió el fiscal Franco. La fuente agregó que “ya no se trabaja sobre el abanico de posibilidades del principio”, cuando se buscaba a una persona perdida. Y completó que “todos los días hay cosas nuevas, el expediente crece de manera exponencial”.

Página/12 pudo saber que la hipótesis que ahora manejan en la fiscalía y en el Juzgado Federal de La Plata tiene que ver con los policías que López nombró en su declaración, cuando acusó a Etchecolatz de haber encabezado la patota que lo secuestró en 1976. Además del ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense –que fue condenado a cadena perpetua por delitos cometidos en el marco de un genocidio– el testigo mencionó a Mario Guallama, Francisco Urcola, Julio César Garachico y “Manopla” Gómez, entre otros. “Las medidas de prueba que apuntan a ex policías represores están bien orientadas, pero tendrían que haberse hecho nueve meses atrás, y hasta ahora no han dado resultados”, evaluó Guadalupe Godoy, también abogada de López durante el juicio. La letrada consideró que “estamos frente a un pacto de impunidad, un punto final tácito, por la pasividad frente a nuevas amenazas a testigos, inoperancia en la implementación de los juicios, y un intento de bajar las expectativas de los organismos”. Según Godoy, “en la respuesta que está dando el Estado están reflejadas las consecuencias de la desaparición de Julio”.

Por su parte, Bregman dijo que “así como en el caso Dalmasso mandaron a hacer un ADN a Estados Unidos, nosotros pretendemos que al menos el Hospital Durand verifique la prueba que hizo la policía con el cadáver calcinado de Punta Lara”. Ese cuerpo apareció al día siguiente de la desaparición de López y los querellantes enfatizan que los respectivos ADN no fueron establecidos de manera confiable. Para esta abogada, sería más útil que “a esta altura” los patrulleros llevaran el identikit de las personas que habrían visto cuando fue arrojado ese cadáver en lugar de la de López que tienen ahora en sus lunetas traseras.

Mañana a las 11.30 habrá una conferencia de prensa del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia en el Bauen. “A nueve meses de la desaparición de López, a pocos días del inicio del juicio a Von Wernich, a cinco años del asesinato de Santillán y Kosteki”, es la consigna. Y en La Plata, la Multisectorial marchará a las 17.30 de Plaza Italia a Plaza San Martín.