Domingo, 25 de noviembre de 2007 | Hoy
Federico Young, designado por Macri para manejar la agencia de Control Comunal, acumula deudas y cheques rechazados a pesar de su buen pasar económico. Es el mismo que tiene vínculos con Pando.
Por Werner Pertot
Después de Cromañón, el jefe Mauricio Macri tenía claro que su su agencia de Control Comunal debía ser un lugar prolijo. Por eso, anunció su “despolitización”. La idea es que sus directivos le dieran consistencia técnica. Para encabezar la nueva estructura, que tendrá autarquía financiera, eligió al titular del Partido Demócrata porteño, Federico Young. Como informó Página/12, el ex juez organizó un seminario con la activista procastrense Cecilia Pando, conocida por salir a la defensa de los represores de la última dictadura. Los macristas, pese a todo, lo ratificaron en el cargo porque, estimaron, la ideología no tenía nada que ver con el manejo de las cuentas públicas. Sin embargo, Young parece tener también algunos problemas con sus propias cuentas: en la web oficial del Banco Central aparece como “deudor irrecuperable” y también disparó el alerta roja en otras cuatro entidades financieras. También tuvo dos embargos por parte del Banco Central por más de 200 mil pesos.
Young había declarado a Poder Ciudadano ser propietario de dos departamentos, uno de 283 metros cuadrados y otro de 50. También dijo tener un Mercedes-Benz, modelo 2004 –valuado en 25 mil dólares– y 1230 hectáreas en Chivilcoy. Su jubilación, declaró, asciende a 8800 pesos. Young se precia de ser titular de la Estancia El Payé, vocal de la Asociación Rural de Chivilcoy y delegado de Carbap.
Lo que no suele mencionar es su historia financiera. De la estancia que se enorgullece de dirigir, la página web del Banco Central registra dos cheques rebotados por falta de fondos (un por 730 pesos y otro por 90). Además la entidad lo tiene caratulado como “deudor irrecuperable” y lo embargó dos veces, según los registros de la AFIP: por 177.472,10 en octubre de 2006 y por 24.631,50 en marzo de ese año.
La categoría de “irrecuperable” es la que suele saltar en informes de deudas, como el Veraz, cuando el deudor se atrasa más de un año en sus pagos. Es el tipo de riesgo 5. La escala baja a “con alto grado de insolvencia” (4), “con problemas” (3), “con riesgo potencial” (2) y el que suele aparecer cuando no hay atrasos: “situación normal” (1). Según un informe de riesgo credilicio de Fidelitas al que accedió este diario, el historial de Young está plagado de carteles rojos y advertencias por falta de pago.
El Banco Privado de Inversiones lo tiene caratulado como “irrecuperable” con una deuda de 3700 pesos, que ascendía a 23.200 en 2003, cuando la entidad lo fue llevando hacia arriba en la escala de riesgos. En marzo de 2004 también fue declarado “irrecuperable” por el Banco Galicia y en la última entrada registrada en Citibank lo muestra “con riesgo potencial”, con una deuda de 600 pesos. La tarjeta Diners Club lo tuvo con el mismo rótulo por meses con un saldo idéntico. El Fondo Financiero Renova también lo tiene en rojo, por 700 pesos. En total, tiene deudas en la actualidad por 5700 pesos, una suma muy inferior, casi irrisoria, al lado de la jubilación que dice cobrar y el estilo de vida que lleva. Como juez en la dictadura falló contra los deudores hipotecarios (ver aparte). La historia no carece de cierto sentido de ironía.
El despolitizado
Young volvió esta semana de un viaje por Sudáfrica, pero optó por seguir en silencio. “Llamá dentro de un mes a ver si tiene ganas de hablar”, le respondieron a este diario en la sede del Partido Demócrata. Con 62 años, el ex juez fue décimo en la lista de legisladores de PRO. En la siempre amarilla página web de la campaña, lo presentaban como un self made man:
“Fue juez en lo civil desde 1975 hasta 1990. Se desempeñó como director de Multicanal, en representación de Video Cable del Plata. Además fue director de Antenas Comunitarias Brasileiras entre 1993 y 1996, a cargo de la operadora de cable TV Cabo Maringa de Brasil”, lo ensalzaba. El mismo se ocupaba de reforzar la idea: una poliomielitis lo obligó a movilizarse o con bastones o con una silla de ruedas eléctrica, pero el dirigente se vanagloria de haber trepado hasta la cima más alta de Machu Picchu.
Macri lo eligió como una “cara potable”, proveniente de un partido aliado, para ocuparse de la Agencia de Control Comunal, dado que temían que la persona que iba a ocupar esa cartera y ahora secundará a Young fuera criticada por su paso por los gobiernos anteriores (ver aparte).
“Se trata de crear agencias con carácter independiente para despolitizar los temas”, anunció el jefe de Gobierno electo. Pero a Young quizá le cueste un poco “despolitizarse” a sí mismo.
Tengo un amigo represor
Hace seis meses, Young organizó con Pando un seminario en el Club Español que llevó el sugestivo título de “Igualdad ante la ley. Juicio y castigo a los terroristas de los años setenta”. El planteo archiconocido era poner en pie de igualdad los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado y las acciones de las organizaciones armadas. Flanqueado por Pando y por su marido, el mayor retirado Rafael Mercado, Young escuchó cómo se tildaba de “terroristas” al canciller Jorge Taiana, a los diputados Carlos Kunkel y Miguel Bonasso, y al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. Tal vez no quiso quedarse atrás, y dio a entender –según la crónica de Clarín– que entre los terroristas “tenemos a uno que llegó al cargo máximo”, en alusión al presidente Néstor Kirchner. El juez también invitó a Pando, conocida por sus frases como “los desaparecidos están vivos y en Europa”, a la sede del Partido Demócrata en la ciudad, donde también compartió un seminario llamado “Las violaciones a la Constitución nacional y a las leyes por parte del gobierno nacional”. Su cercanía con la defensora de los represores puso los pelos de punta hasta a los dirigentes más conservadores del Partido Demócrata de Mendoza.
Poco después del seminario en el Club Español, Young publicó una carta donde aclaró que no era “procesista”, pero que sí consideraba que se debía “juzgar el terrorismo como delitos de lesa humanidad, sin distinción entre particulares y estatales”.
Tras la publicación de Página/12 de los antecedentes del futuro titular de la Agencia de Control Comunal de Macri, en el entorno del Jefe le restaron importancia. “Lo conversaremos con él, pero no tenemos referencia de que defienda la dictadura militar”, consideró ante este diario la vicejefa de Gobierno Gabriela Michetti. Cecilia Pando, por su parte, salió a la defensa de Young: “Me parece una persona honesta”, sostuvo.
“No hay ningún motivo para que no continúe. No cometió apología del delito, ni nada por el estilo”, dijo otra de las principales espadas de Macri. Después del papelón que sufrieron con la entrada y salida por una puerta giratoria del ministro de Cultura porteño, el ex titiritero Luis Hernán Rodríguez Felder, no podían afrontar otra salida en el virtual gabinete del empresario. Además, al paladar de los macristas, ser amigo de Pando no equivalía a no poder manejar las cuentas de un ente autárquico, que tendrá un presupuesto propio y no dependerá de ningún ministro. Pero con los números Young también tiene problemas.
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