Uruguay cerró la frontera en un segundo puente a la Argentina, el de Colón-Paysandú. La medida fue ordenada por el presidente Tabaré Vázquez y concretada ayer a las cinco de la tarde por efectivos de la prefectura, que se desplegaron sobre el puente para evitar que los vecinos de Gualeguaychú lo cruzaran, como tenían previsto hacer hoy para pasar el día en el balneario de Las Cañas, cercano a Botnia.

El nuevo bloqueo de la frontera generó una queja del gobierno argentino. El vicecanciller Roberto García Moritán citó a la Cancillería al embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo, para manifestarle el “desagrado” ante una disposición que calificó de “desproporcionada” y “excesiva”.

Fuentes uruguayas ratificaron sin embargo que el cierre se mantendrá por lo menos hasta el lunes. De esta manera, el gobierno del país vecino mantiene cerrada la frontera en dos de los tres puentes internacionales, ya que el de Gualeguaychú-Fray Bentos fue bloqueado el 9 de noviembre, fecha desde la cual se mantiene la prohibición de pasar. Tabaré Vázquez, que hizo de los cortes de ruta su principal argumento de queja ante el Mercosur y la Corte Internacional de La Haya, quedó en el insólito papel de ser él quien ahora los ordena. No menos inesperado es que los puentes hayan quedado cortados en su extremo oeste por vecinos que rechazan la instalación de la pastera, y en su lado este por policías y prefectos uruguayos.

La asamblea de Gualeguaychú había votado la excursión a esa playa de Fray Bentos, una suerte de picnic de protesta, para poner en relieve las pérdidas que la ciudad tendrá en sus ingresos turísticos por la pastera. Las Cañas es un balneario que trabajaba con veraneantes mayoritariamente de Entre Ríos.

Este año, por primera vez en su historia, la licitación para concesionarlo quedó sin oferentes.

José Pouler, uno de los integrantes históricos de la asamblea, sostuvo que a pesar del corte de los puentes mantendrán la convocatoria a la actividad. “La idea es ir en caravana hasta Colón y si no nos dejan pasar, seguir viaje a Concordia para apoyar el corte” de los vecinos de esa ciudad a los que el domingo pasado la Gendarmería Argentina les impidió el hacer su bloqueo.

La citación a Bustillo fue ordenada por el canciller Jorge Taiana. La reunión con el embajador duró una media hora; fuentes de la Cancillería señalaron que el diplomático fue informado de la “preocupación y desagrado por la decisión administrativa del gobierno uruguayo de cerrar la segunda frontera con Argentina”.

La Cancillería también planteó, dijeron sus voceros, que la respuesta a “manifestaciones pacíficas de comunidades preocupadas por su calidad de vida no puede ser un hecho desproporcionado y excesivo”.

Y le comunicó a Bustillo que el tema será puesto en conocimiento de la Corte Internacional de La Haya, a cargo del juicio por la instalación de Botnia.

El gobierno uruguayo ya había mostrado esta reacción ante otras protestas de la asamblea de Gualeguaychú. Cuando los vecinos hicieron una marcha que intentó llegar frente a Botnia, les revisaron los autos en la aduana en busca de armas.

La administración de Tabaré Vázquez también rodeó al predio de la pastera con custodia del ejército y más tarde anunció que quedaba prohibido a los argentinos manifestar en Fray Bentos. Finalmente, con la entrada de Botnia en funcionamiento, llegaron estos cierres de la frontera.