Quizá la frase que mejor retrata el congreso del ARI de ayer provino del diputado bonaerense Horacio Piemonte. “Cuando tenés una relación sentimental, o nos separamos de común acuerdo o vamos a un juicio de divorcio que nos va a costar a los dos. Mejor que sea de común acuerdo”, dijo. Y así fue, sin una ruptura formal, las dos fracciones del ARI –los lilitos y los disidentes– se cruzaron con dureza y terminaron en una votación que respaldó a Elisa Carrió como “líder de la oposición” y la continuidad en la Coalición Cívica, por 43 votos a 19, de los 70 congresales presentes. No hubo sanciones, pero sí una restricción: el partido prohibió a los diputados disidentes usar la sigla del ARI por fuera de la CC.

Aunque estaba previsto para las diez, el encuentro empezó tarde, cerca del mediodía. Lo que siguieron fueron siete horas cargadas por más de treinta discursos caldeados, con idas y vueltas de los congresales de un lado y del otro. Se formaron dos barras que aplaudían alternativamente a quienes hablaban. El congreso tuvo pocas sorpresas, como cuando un congresal de Tierra del Fuego les confesó que en octubre había votado por Pino Solanas, porque “nunca voy a votar a la candidata presidencial de la derecha” (sic). Los fueguinos fueron parte del sector disidente, por el que hablaron Eduardo Macaluse, Marta Maffei, Delia Bisutti y Verónica Benas. Todos hicieron pesar su historia en el ARI, y cargaron las tintas sobre las figuras de centroderecha: Patricia Bullrich y los empresarios Alfonso Prat Gay y Santiago Del Sel.

“Nosotros somos del ARI y vamos a seguir reivindicándonos como del ARI. Y no vamos a integrar un interbloque con Patricia Bullrich, no solo por una cuestión de ideas, sino de conductas. Carrió presentó una querella contra Bullrich por el megacanje. Así que es muy contradictorio que nos obliguen a estar con ella”, argumentó Macaluse.

Los lilitos hicieron hincapié en el resultado electoral y en la construcción plural de la CC. “Hay que ratificar ese rumbo, luego de las elecciones en las que recibió un respaldo masivo. El partido debe seguir construyendo este espacio más plural. No podemos abandonar ese proyecto”, advirtió Adrián Pérez, el futuro jefe del bloque de la CC.

Cuando se ponía el sol, varios de los delegados del interior pidieron que se suspendiera la lista de oradores y se pasara a votar, porque iban a perder sus vuelos. Hubo un largo y ruidoso debate sobre las mociones que cristalizaron en dos. La oficial recibió 43 votos y estableció que el ARI seguirá en la CC, que respalda la estrategia de alianzas de Lilita, que apoya el gobierno de Fabiana Ríos en Tierra del Fuego y, sobre todo, que quienes estén fuera de la CC no podrán usar el nombre del ARI. “El ARI es uno solo”, decían los lilitos.

La moción del Grupo de los Ocho, que implicaba “decirle no a esta Coalición Cívica”, e impulsar una construcción con sectores sociales (y con la CTA), obtuvo 19 votos. La acompañó la totalidad de los congresales de Tierra del Fuego –todo un dato–, los de Mendoza y parte de los santafesinos, los porteños y los bonaerenses. Los disidentes contaban además a quienes se abstuvieron y a los 15 que no asistieron al congreso.

“Muchos no vinieron porque no estaban de acuerdo. Los números muestran que hay un partido con un debate enorme en el interior. No es que fue una votación aplastante y ahora hay que disciplinarse. Esto para nosotros es un indicio muy fuerte de cómo está el ARI”, evaluó Macaluse.

La división implica, en los hechos, un quiebre del partido, pese a que los disidentes no lo buscasen. “Me parece que mientras haya espacios para discutir dentro del partido, no hay que abandonarlo. Nosotros no planteamos abandonar el ARI, sino reorientarlo. Pero no va a ser sencillo”, reconoció Carlos Raimundi. “Estos sectores o aceptan la postura de la mayoría o decidirán abrirse. No sé cual será su postura de aquí en más”, indicó Susana García, que presidió el congreso.