Domingo, 13 de enero de 2008 | Hoy
EL PAíS › DIANA MAFFIA, DE LA COALICION CIVICA
La legisladora desmiente un pacto entre Carrió y Macri y dice que consensuó la ley de desregulación de la obra social para proteger a los trabajadores. Asegura que el jefe de Gobierno porteño es misógino y critica que no haya nombrado mujeres en su gabinete.
Por Werner Pertot
“Macri cree que hacer las cosas rápido es un mérito. No sé si sexualmente le pasará lo mismo. Espero que no, por el bien de su novia.” Quien habla es Diana Maffía, con su estilo siempre frontal desde el feminismo. La legisladora de la Coalición Cívica transitó un acuerdo en común con el macrismo, una fuerza hacia la que no tiene mucho amor. “No me preocupa el rédito semiótico que obtengan los kirchneristas, porque lo que nos importó fueron los afiliados”, sostiene. Y descarta cualquier alianza con el Jefe: “A Kirchner y a Macri les conviene que Carrió desaparezca”, deduce.
Doctora en Filosofía, ex defensora adjunta porteña, Maffía es directora académica del Instituto Hannah Arendt y tiene varias investigaciones sobre género y juventud. Con el senador Samuel Cabanchik, son los dos filósofos de la CC que ocupan un cargo legislativo.
–Empecemos con algo fácil: ¿Por qué es el ser y no más bien la nada?
–(Se ríe.) Es una buena pregunta.
–¿Qué lugar puede ocupar una filósofa en la Legislatura?
–Es una manera de valorizar la formación académica, algo que está dentro de la forma de ver las cosas de Carrió.
–¿Del debate académico al legislativo nota una brecha?
–Acá podés hacer la plancha en cuanto a debates. Noto que los proyectos aparecen con poco tiempo para estudiarlos, y se hace valer el número y el apuro. Parece que por algún motivo Macri cree que hacer las cosas rápido es un mérito. No sé si sexualmente le pasará lo mismo. Espero que no, por el bien de su novia.
–...
–Hasta ahora veo un diálogo endogámico, donde todas las oportunidades son usadas para humillar al otro y recordarle su pasado. Hay un trabajo legislativo que consiste en esforzarse y otro que se basa en las chicanas. Y hay una suerte de división sexual del trabajo, por lo menos en el kirchnerismo: Kravetz es el chicanero y La Ruffa, la estudiosa.
–¿En el gabinete de Macri también? ¿Por qué no designó mujeres?
–Porque Macri es misógino, y le gusta la lógica de vestuario. Le gusta arremangarse, sudar la camiseta y dejar manchas de café. Se siente más cómodo en el ámbito de intercambio en el que hay ciertos presupuestos que no se van a discutir. ¿Cuál es la lógica del vestuario? ¿Quién gana? Cuando se miden, se miden a ver quién... gana. El gabinete de Macri no sólo es deficiente, sino que es anticonstitucional. Está violando el principio de igualdad de oportunidades y de trato que indica la Constitución para todos los cargos electivos, incluyendo los ministerios. Cada vez veo más analogías entre Macri y Kirchner.
–¿Comparten la “lógica del vestuario”?
–Los dos comparten el estilo hegemónico de poder, la desconfianza en lo que no se reduzca a su pequeño equipo de interlocutores. Los dos tienen la prioridad del Ejecutivo sobre los otros poderes, el desconocimiento del lugar de la Legislatura como un lugar de debate plural. Macri mandó hasta ahora sólo proyectos sobre tablas y un DNU sin contemplar el más mínimo informe al Legislativo. También amenazó a la Justicia con un juicio político, después del fallo adverso. Se suponía que esto era lo que no les gustaba a los votantes de Macri, y a mí me empieza a parecer demasiado similar.
–¿Por qué votaron un proyecto en común con el PRO?
–Si se hacía como estaba pensada la desregulación de la Obsba, lo que iba a ocurrir es que los que tenían mejores sueldos se iban a ir. El que aporta mucho sostiene solidariamente al que aporta poco, que no se iba a poder ir. E iba a estar peor. Y los que iban a estar mejor son los que se van, que es el “salvarse solo” en un sistema de libertades individuales aparentes, que son en realidad las que te da el mercado. Y si no tenés dinero, no tenés libertades. A mí la desregulación y la libre elección no me gustan. Prefiero los sistemas solidarios. Pero sin una reconversión de la obra social, íbamos a un vaciamiento de la obra social y eso es lo que quisimos evitar con nuestro proyecto.
–¿No pagaron un costo muy grande al negociar con el macrismo?
–Seguramente, hay costos...
–El kirchnerismo denunció una alianza Carrió-Macri...
–¿El kirchnerismo les cambió la vida a los afiliados de la Obsba cuando dijo eso? ¿Hizo algo valioso por los jubilados cuando dijo eso? Somos a la vez opositores al kirchnerismo y al macrismo, y a Macri y a Kirchner les conviene que Elisa Carrió desaparezca. No nos engañemos. Nuestro lugar es muy delicado. No vamos a hacer una alianza para siempre con ningún grupo.
No me preocupa el rédito semiótico que obtengan los kirchneristas, porque lo que nos preocupó es pensar no desde cómo le podemos pegar a Macri, Kirchner o incluso Ibarra, que tuvo su cuestión con la obra social. Lo que nos importó fueron los afiliados. El decreto no defendía los derechos de los trabajadores, por eso decidimos complementarlo con lograr que la Obsba responda a los requerimientos de una obra social. Y planteamos que esto se defina en una comisión tripartita con los sindicatos.
–¿ATE va a estar incluida?
–Por supuesto, si ATE no está, los trabajadores no están.
–¿La sesión creó un conflicto de poderes por el fallo de la jueza?
–Al contrario, la sesión fue así porque la CC dijo que no iba a bajar al recinto a convalidar un decreto que estaba observado por la Justicia.
–Los legisladores kirchneristas argumentan que lo que se aprobó es lo mismo que el decreto.
–No es lo mismo. Pero está bien, a lo mejor los kirchneristas todavía tienen que aprender a leer... El fallo dice que no hay emergencia que justifique el decreto y la intervención era mejor hacerla por ley, y la CC pensaba que era mejor hacerla a través de una ley.
–No toda la CC: Carrió consideró que el decreto era “correctísimo”.
–Bueno, dijo que había que intervenir, que la intervención era “correctísima”, pero que era mejor hacerla por ley. Al decreto le agregamos controles legislativos y de la Auditoría General. Eso no estaba en el decreto, y no creo que haya hecho feliz al jefe de Gobierno y a su lógica de vestuario.
–¿No me va a contestar por qué es el ser y no más bien la nada?
–Hay una respuesta teológica, que tiene que ver con la voluntad divina, y la de la física atómica, que tiene que ver en el surgimiento de la materia. La respuesta filosófica va por otro lado. Wittgenstein decía que “sobre lo que no se puede hablar, lo mejor es callar”.
–¿Se lo recomienda a Macri?
–No sé si darles el Tractatus para leer a los macristas. Sería un poco fuerte.
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