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Desde Túnez

Con el antecedente del éxito comercial en la visita a Argelia, calificada como “excelente” por funcionarios y empresarios, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó a Túnez, donde ayer se entrevistó con el presidente Zine El Abidine Ben Ali, quien gobierna desde 1987 y se acerca al record de su antecesor Habib Bourguiba, que estuvo treinta años en el Palacio Cartago, desde la independencia de Francia, en 1957.

La Presidenta tuvo ayer al mediodía un encuentro protocolar con Ben Ali, quien le presentó a sus ministros y recibió el saludo de los funcionarios argentinos que acompañan a Cristina Kirchner en la visita a este pequeño país, que limita con dos de los más grandes del continente: al oeste, Argelia y al este, Libia.

Por la noche, la Presidenta volvió al Palacio Cartago para una cena en su honor que ofreció Ben Ali, bajo estrictas medidas de seguridad. Allí recibió la llamada del presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama.

Aún impresionados por las atenciones que recibieron en Argelia –donde el presidente Abdelaziz Bouteflika recibió y despidió a la Presidenta en el aeropuerto con todos sus ministros–, los funcionarios argentinos tuvieron un día de trabajo preparando con sus pares tunecinos los convenios que firmarán hoy ambos presidentes.

Cristina Kirchner fue alojada en la residencia presidencial, un palacio en un gran terreno arbolado, a 200 metros del mar y a unos 15 minutos de auto de las ruinas de Cartago, desde donde el rey Aníbal partió a Europa y cruzó con sus elefantes de guerra los Pirineos y los Alpes para intentar conquistar Roma. Donde, también, quedan restos de las Guerras Púnicas y abundantes vestigios de la ocupación de sucesivos imperios. Tirios, vándalos, romanos, bizantinos, otomanos y finalmente árabes bereberes ocuparon la tierra de los cartagineses en 2800 años de historia.

Más allá de la historia, hoy Túnez para Argentina significa otro mercado para acrecentar exportaciones. Actualmente le vende productos por 300 millones de dólares anuales y Argentina le compra por unos 15 millones, básicamente fosfato. Entre los rubros de la producción argentina destinada a Túnez se destacan los derivados de la industria alimenticia, grasas y aceites minerales y vegetales, cereales, manufacturas de fundición de hierro o acero y carne.

La expectativa está puesta en el resultado de un seminario sobre posibilidades de inversiones y la ronda de negocios entre los 72 empresarios argentinos que integran la delegación y sus colegas tunecinos. La Presidenta abrirá el seminario hoy a la mañana.

Luego volverá al Palacio Cartago a firmar convenios. Uno de ellos es de cooperación en tecnología e investigación científica. El ministro de Tecnología, Lino Barañao, que ayer estuvo reunido con su par tunecino, Lazhar Bonoui, le dijo a PáginaI12 que los acuerdos abarcan “información y comunicación; la aplicación pacífica de tecnología nuclear, energía y ciencia; y tecnología del mar”.

Hoy se tendrá una idea cierta del resultado de la visita a Túnez, antes de emprender la segunda mitad de la gira a dos países de los más importantes de Africa: Egipto y Libia.