Contra lo que afirmé aquí, Raúl Alfonsín no fue “el único político notable que se opuso a la invasión” de las Malvinas en 1982. También lo hizo otro dirigente de la UCR, el ex presidente Arturo Frondizi. El 22 de abril firmó una declaración junto con Rogelio Frigerio, sobre las consecuencias económico-sociales del conflicto y la “creciente pérdida de nuestra soberanía económica y política en virtud del programa que está en aplicación desde 1976”. También objetaron que los actos del gobierno fueran “dictados por consideraciones de política interna”. Algunos lectores cuestionaron el uso del sustantivo invasión, alegando que lo que es propio no se invade, se recupera. La academia española disiente. Invadir es “irrumpir, entrar por la fuerza” y no guarda relación con la pertenencia de lo invadido.