Domingo, 27 de septiembre de 2015 | Hoy
Todos los sobrevivientes coinciden en afirmar cómo fue la mecánica de los “traslados” dentro del campo de concentración:
- Mencionaron una frecuencia semanal de vuelos, que ocurrían los días miércoles y excepcionalmente algunos sábados y días de semana.
- La existencia de traslados colectivos e individuales.
- Las listas de personas que eran llamadas por número para integrar la fila de prisioneros a ser trasladados.
- Las largas filas de personas engrilladas y encapuchadas.
- El rol de los “Pedros” y guardias, quienes eran los encargados de acondicionar a los cautivos para el traslado.
- Las falsas expectativas generadas a los secuestrados relativas a que serían trasladados a “granjas” y a “campos de recuperación” ubicados en el sur de la Argentina.
- La inyección de pentotal o “pentonaval”; el rol de los médicos y enfermeros, encargados de anestesiar a las víctimas.
- La música estridente y la obligación de bailar al ritmo de la música, que en algunas ocasiones el personal actuante impuso a los cautivos, a quienes engañaban con una posible liberación.
- Los vómitos y el malestar tras ser inyectados.
- Los camiones y los helicópteros dentro del predio para facilitar el traslado de las víctimas hacia las aeronaves que las arrojarían vivas mar adentro.
- Las marcas de arrastre de cuerpos en los pisos del sótano tras la ejecución de un traslado. La cantidad de ropa que retornaba al campo luego del “traslado”.
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