El Gobierno dio el primer paso: consiguió que distintos actores del negocio de la carne firmaran un acuerdo de precio. Pero ahora viene el más difícil: lograr que se cumplan los compromisos asumidos. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se mostró ayer esperanzado por cómo evolucionarán las cosas de ahora en más. Incluso dijo que “en algunos lugares ya se detectaron bajas en los precios”. Lo acompañó en su entusiasmo el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams, quien también pronosticó que los consumidores verán prontas rebajas.<br />
Pero la pelea entre el Gobierno y algún sector ganadero no terminó. Ayer hubo una fuerte polémica por las declaraciones del titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Ricardo Osella, quien increpó al Presidente diciendo “no aguantamos la presión de la patria montonera”. También sostuvo que “un sector que era tan joven en los años ’70 ha llegado al poder, y no ha podido evolucionar en su razonamiento”. Y agregó: “Si a los cincuenta años piensa lo mismo que a los veinte vive adentro de un tupper”.

Teniendo en cuenta su estilo habitual, Aníbal Fernández fue moderado en la respuesta. Dijo que “por más que agredan y no tengan respeto a la figura presidencial” todos los sectores de la carne “tendrán que aceptar las reglas de juego”. Luego advirtió que el Estado no les permitirá “hacer lo que se les antoje”. El jefe de Gabinete pareció más enojado. Sostuvo que lo que dijo Osella “es una pésima reflexión, no es feliz, y al margen de las declaraciones altisonantes que conducen a poco y revelan cómo funciona el espíritu de quien las dice, hay bajas en el precio de la carne”.

Finalmente, terció en la disputa el jefe de la bancada oficialista de Diputados, Agustín Rossi, quien lamentó que en el país “todavía existan expresiones de intolerancia sostenidas en defensa acérrima de intereses corporativos”.

La Sociedad Rural, que había tachado su firma del acuerdo anterior que firmaron los productores ganaderos con el Gobierno, en enero pasado, esta vez se sumó a la concertación de precios. Su presidente, Luciano Miguens, sostuvo que la entidad lo hizo para “destrabar un conflicto”. “Firmamos para salir de una situación realmente crítica, que era seguir con una suspensión de las exportaciones. Ahora creo que se va a destrabar esa situación, y se podrá entablar una recuperación paulatina de exportaciones”, indicó. Sobre este punto, Alberto Fernández insistió con que el levantamiento a las restricciones de ventas al exterior “se hará sólo en la medida en que tengamos garantizada la oferta interna de 180 mil toneladas mensuales y estén estabilizados los precios”. Miguens planteó que “firmamos 14 entidades para que el comercio de la carne sea libre y haya una total apertura de las exportaciones”.