Miércoles, 26 de abril de 2006 | Hoy
Ayer lo visitó el colombiano Uribe, que tiene problemas con Chávez en la Comunidad Andina. Luego vio a Kirchner, en conflicto con Tabaré. Aunque sostienen que no se meterá, Lula intenta mediar.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
“El gobierno de Brasil es muy respetuoso del principio de no injerencia en los asuntos de otros países.” La frase fue repetida seis veces por un funcionario de la Cancillería brasileña que conversó con este diario a condición de anonimato. El diálogo ocurrió ayer en San Pablo y guarda algunas semejanzas con otro celebrado el lunes con una fuente del Palacio San Martín. Los dos coincidieron por separado en que la reunión de ayer entre los presidentes Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva debía generar una señal nítida de consenso y unidad hacia terceros países.
La insistencia del hombre del Palacio de Itamaraty sobre la “no injerencia” en asuntos bilaterales de Argentina y Uruguay es coherente con la premisa bajada por Lula a sus operadores: en esta coyuntura es preciso reducir a cero las divergencias con Buenos Aires.
Pero los artificios diplomáticos no bastan para desmentir un dato de fondo: la cita entre Kirchner y Lula demuestra con la fuerza de los hechos que la crisis ya es, por lo menos, trilateral y que Brasil, de manera más o menos oficiosa, seguirá buscando un entendimiento.
–¿El presidente Lula está dispuesto a hablar con Vázquez para acercar posiciones? –se le preguntó al funcionario brasileño.
–No puedo responder esa pregunta, no estoy en condiciones de especular sobre lo que ocurrirá en los próximos días.
–Lula y Vázquez han hablado últimamente...
–Los presidentes hablan frecuentemente, no sé cuándo fue la última vez que eso ocurrió.
De acuerdo con el análisis de la fuente porteña, Lula y Kirchner decidieron reunirse a solas, antes de recibir hoy a Chávez en San Pablo, con la intención de significar que los “principales” miembros del Mercosur cuentan con la energía política suficiente para resolver el actual entuerto, que además de la controversia por las plantas de celulosa incluye las amenazas de Vázquez de embarcarse en un acuerdo bilateral con los Estados Unidos, lo que implicaría un adiós al Mercosur. “La foto de Kirchner y Lula”, según esa lectura, “también será vista en Washington”, donde el 4 de mayo George Bush recibirá a su colega uruguayo.
Al mismo tiempo sería un mensaje hacia Hugo Chávez, quien la semana pasada defendió cambios en el bloque sudamericano y prometió respaldo a Uruguay y Paraguay. Ayer una fuente de la embajada venezolana en Brasilia fue extremadamente cauta cuando se le preguntó si Chávez pensaba actuar como emisario de Tabaré, algo que Argentina rechaza de plano.
“No hay ninguna información oficial, no tengo nada que declarar sobre ese punto”, dijo a Página/12 el funcionario que en cambio prefirió explayarse sobre la importancia que su gobierno da a los avances en el proyecto del gasoducto que uniría a Venezuela, Brasil y Argentina. De sus declaraciones se desprende también que el presidente Chávez puede aceptar los buenos oficios de Lula en el conflicto con Colombia, luego de haber anunciado su salida de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
“El presidente Lula es una persona con buen sentido político y que ha demostrado su compromiso con la integración”, afirmó el diplomático venezolano a media tarde de ayer, cuando en Brasilia el jefe de Estado brasileño recibía a su colega colombiano Alvaro Uribe, quien le solicitó sin eufemismos la mediación con Chávez para salvar a la CAN.
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