Domingo, 23 de diciembre de 2012 | Hoy
Con la inauguración de la nueva estación de seguimiento de satélites en Malargüe, Argentina, en diciembre de 2012, se completa el trío de estaciones de antenas para estudios del espacio profundo (Deep Space Antenna DSA) y confirma la posición de la ESA como una de las organizaciones espaciales de mayor avance tecnológico del mundo.
DSA 3 Malargüe se une a DSA 1 New Norcia, Australia y a DSA 2 Cebreros, España, y brinda la última pata para la cobertura circunferencial para sondas de estudio del espacio lejano, que típicamente operan más allá de los dos millones de kilómetros de la Tierra, en donde las comunicaciones requieren de actividades de apuntamiento mecánico y calibración de gran exactitud.
Las tres estaciones DSA están equipadas con antenas parabólicas de 35 m de diámetro que proveen el rango incrementado y la velocidad de transmisión de datos requeridos para las misiones de exploración actuales y futuras, tales como Mars Express, Venus Express, Rosetta, Herschel, Planck, Gaia, Euclid, BepiColombo, Solar Orbiter y Juice.
También cuentan con instalaciones para experimentos de radiociencia, que permiten a los científicos estudiar las características de la materia a través de la cual viajan las señales de comunicación entre la nave y la estación terrestre.
En la actualidad y en el futuro, los satélites y las sondas robóticas explorarán las profundidades del espacio, visitando mundos extraños con el fin de recopilar y enviar a tierra crecientes cantidades de datos cruciales. Estas misiones ayudan a los científicos a comprender los orígenes y la evolución de nuestro Sol, los planetas, asteroides y lunas, la formación de nuestro Sistema Solar y las posibilidades de existencia de vida en otros lugares.
Esto, a su vez, requiere que la red de Seguimiento Europeo de la ESA (ESA’s European TrackingEstrack) expanda sus capacidades, desarrolle nuevas tecnologías de estaciones, cambie hacia tasas de bits y frecuencias más altas, mejore los protocolos de comunicación e invierta en bienes e infraestructura que den apoyo a nuestras misiones planeadas, todo ello mientras coopera con otras agencias, incrementando la eficiencia y mejorando la relación costo-beneficio para todos.
En 1998, la ESA decidió establecer su propia red para el seguimiento de sondas de estudio del espacio lejano con el fin de atender el esperado rápido crecimiento en el número de misiones interplanetarias. El objetivo fue establecer tres estaciones terrestres con una separación de 120 de longitud entre sí a fin de brindar una cobertura continua durante la rotación de la Tierra. La primera estación de la ESA, DSA 1, fue completada en 2002 en Australia. DSA 2, en España, fue completada en 2005.
Con sus nuevas estaciones, la ESA se independizó de la Red de Espacio Profundo (Deep Space Network) de la NASA para el control de sus misiones de estudio del espacio profundo. Sin embargo, ambas agencias reconocieron la importancia de realizar el seguimiento y control de satélites de la NASA con estaciones de la ESA, y viceversa, además de tener un control más confiable de sus propios satélites. Las redes separadas pero interoperables son también una ventaja en el caso de emergencias de los satélites o de malfuncionamiento de la estación.
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