Con la oposición de un grupo de vecinos de Barrio Norte, el gobierno porteño pone hoy en marcha la habilitación de dos contracarriles en la avenida Pueyrredón. A partir de las 10 de la mañana, desde la avenida Córdoba hacia el Norte, hasta la Avenida del Libertador, habrá dos carriles en dirección hacia el norte, mientras que los otros tres permanecerán con circulación hacia el sur, como hasta ahora. Se trata de la primera parte de una experiencia piloto que durará 90 días prorrogables por otros 90 y que incluye la extensión de este doble contracarril hasta Plaza Miserere y más aún, por Jujuy, hasta la avenida Belgrano. El gobierno argumenta que la medida contribuirá a mejorar la circulación del transporte público. “Se reducirá a la mitad el tiempo de viaje en colectivo de sur a norte”, aseguran, basándose en los estudios realizados. Estiman que se reducirá el tránsito de vehículos desde la avenida a calles laterales. Los vecinos que se oponen y temen que ese aumento de circulación genere riesgos para los peatones. “En el barrio hay 19 escuelas y la semana próxima empiezan las clases en medio de estos cambios”, alertan.

La Justicia en lo Contencioso Administrativo de la ciudad rechazó ayer un recurso de amparo presentado por las organizaciones vecinales No al Parquímetro y Amigos de Pueyrredón, entre otras. Por eso la doble circulación entrará en vigor hoy, como estaba previsto, y los vecinos convocaron a una protesta, con corte de algunos carriles en la avenida, para las 19. Ayer hicieron una nueva manifestación, en la esquina de Pueyrredón y French.

El subsecretario de Transporte de la ciudad, Jorge Norberto, explicó a Página/12 que la medida es “parte de un plan de reordenamiento integral tendiente a mejorar el transporte público y disminuir la contaminación”. “Para eso, la idea es sacar el transporte público de las calles internas para que se vuelque sobre Pueyrredón. Eso va a mejorar la calidad de vida del barrio”, argumentó. Los nuevos contracarriles no serán exclusivos para el transporte público: por ahora también podrán circular vehículos particulares.

La modificación está acompañada por un cambio de mano de la calle Azcuénaga, que a partir del lunes correrá de norte a sur hasta Córdoba, y de la calle Anchorena, que a partir del 9 de marzo cambiará de mano, también hacia el sur, para descongestionar Pueyrredón hasta Córdoba.

Por ahora serán sólo cinco líneas de colectivos las que circularán por el contracarril hacia el norte: el 61 lo hará entre Mansilla y Libertador; el 41 y el 118, entre Mansilla y Las Heras, y el 92 y el 93, desde Las Heras hasta Libertador. Estas líneas circulaban hasta ahora por Azcuénaga y Agüero.

A primera vista, podría parecer que con la medida se traslada la contaminación generada por los colectivos desde las calles internas hasta la avenida. Pero los expertos aseguran que por su amplitud, la avenida es capaz de absorber mejor el ruido y los gases contaminantes.

“Según los datos del gobierno, por Pueyrredón pasan 1800 autos por hora en horario pico y con los contracarriles, dicen, se van a reducir a 800. ¿A dónde va a ir a para el resto? A las calles interiores, donde no han puesto ni un semáforo ni reductores de velocidad. Los chicos no van a poder cruzar para ir a la escuela”, se quejó Juan Chavarri, de la organización No al Parquímetro. Los vecinos sostienen que “el plan no tiene ninguna lógica” y acusan al gobierno de “hacer experimentos con el tránsito”.

El plan se pone en marcha hoy, a prueba, por 90 días, prorrogable por otros 90, y si resulta exitoso, el Ejecutivo enviará un proyecto de ley a la Legislatura para que la modificación quede firme.

Otro de los argumentos con los que se oponen a la medida es el riesgo de posibles choques frontales en una avenida de doble mano. Ese temor fue desestimado por Fabián Pons, gerente general del Centro de Estudios sobre Seguridad Vial (Cesvi), quien sostuvo que “la mayoría de los choques se producen en cruces, cuando alguno de los vehículos no respeta el semáforo o la prioridad de paso”. “No hay tantos choques en Rivadavia o en Cabildo, que son de doble mano –tranquilizó–. El peligro está en la ruta, cuando para el sobrepaso, un vehículo debe pasar al carril contrario. Pero eso no suele pasar en una avenida.”

El dirigente del Cesvi acordó, en principio, con la medida, ya que “es una tendencia mundial el traslado del transporte público de las calles a las avenidas: no vamos a encontrar en Europa colectivos circulando por calles de un barrio”, dijo Pons. Pero advirtió que “hay que esperar los resultados en la práctica.

Desde la Subsecretaría de Tránsito, Norberto aseguró que “se hizo un trabajo de difusión en el barrio, explicando la medida, y se acordó con los tres sanatorios ubicados en la zona, la maternidad Suizo Argentina, el Hospital Alemán y el Sanatorio Anchorena”. Llamativamente, la medida se pondrá en vigencia recién a las 10 de la mañana de hoy.

Si la modificación tiene éxito, “en un mes y medio estaríamos habilitando un nuevo tramo de contracarril”, informó el funcionario.

Los vecinos consiguieron el apoyo de algunos legisladores. El diputado Alejandro Rabinovich lamentó “el alto nivel de improvisación del gobierno porteño, que está ensayando con el tránsito en una zona densamente poblada”. Por su parte, el senador Daniel Filmus (Frente para la Victoria) vaticinó que la medida “no logrará descomprimir el tránsito y causará un sinfín de complicaciones” a los habitantes del barrio.

Ante el rechazo del recurso de amparo presentado en la Justicia, los vecinos ratificaron las protestas. “No vamos a esperar que haya un muerto para entender el peligro de esta medida”, alertan.