“Lamento el haber hecho estas declaraciones, y si hubiera sabido con antelación todo el daño y las heridas que han provocado, especialmente a la Iglesia, pero también a los sobrevivientes y seres queridos de las víctimas de injusticia bajo el Tercer Reich, no las hubiera hecho.” Son palabras del obispo británico ultraconservador Richard Williamson. Desde Londres, tras ser expulsado de la Argentina y ante la “persuasión” de sus hermanos de la Fraternidad San Pío X, el lefebvrista realizó un extraño pedido de “perdón”. Para el rabino Daniel Goldman, en realidad, “no hubo una situación real de arrepentimiento. Lo único que reconoció fue que sus expresiones televisivas no fueron prudentes”.

En una carta dirigida al Vaticano y publicada por una agencia de noticias católica, el prelado renovó la polémica. En cada frase o palabra que Williamson utiliza en su escrito, “se puede reconocer que continúa sosteniendo su negacionismo sobre la Shoá”, reflexionó Goldman.

En primer lugar, “el Santo Padre y mi superior, el obispo Bernard Fellay, han pedido que reconsidere las declaraciones que hice en un canal de televisión de Suecia hace cuatro meses, pues sus consecuencias han sido muy fuertes”, reconoció el obispo lefebvrista en su mensaje a la Comisión Ecclesia Dei, presidida por el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos –encargado de negociar con el movimiento de Marcel Lefebvre–. En realidad, según Goldman, “desde el punto de vista teológico cualquier individuo puede expresar arrepentimiento”. Como reflexiona el rabino de la comunidad judía Bet El, “desde el punto de vista pragmático se debería pensar por qué una vez que sus dichos tuvieron semejante repercusión, hace una declaración de este estilo”.

El prelado ultraconservador afirmó que en la televisión sueca se limitó a dar “la opinión de una persona que no es historiador”. “Una opinión –continuó– formada hace veinte años en virtud de los datos que entonces estaban disponibles, y que desde ese momento había expresado raramente en público.” Lo que para Williamson fue una simple confusión historiográfica, para Goldman fue una clara expresión negacionista: “Es imposible sostener con honestidad que la documentación que apareció en la actualidad sobre la Shoá cambió radicalmente lo que ya se sabía hace 20 años”, aseguró el rabino en diálogo con Página/12.

La carta concluye: “como dijo el Santo Padre, todo acto de injusta violencia contra un hombre hiere a todo el género humano”. Pero para Williamson, el victimario de la humanidad no fue el nazismo sino meramente el Tercer Reich. “Es muy sutil, casi engañoso, el concepto de Tercer Reich para explicar el genocidio judío. La palabra para denominar tanto sufrimiento es Shoá: una muerte que perfora la dignidad humana en su totalidad”, concluyó Goldman.

Informe: Mariana Seghezzo.