SOCIEDAD

Para los habitantes de la Florida ya comenzó la cuenta regresiva

La cantidad de evacuados ya supera el millón y medio. Pero muchos se quedan para vivir la experiencia del huracán. El ojo de la tormenta llegará a la costa de Florida hoy a las 14 hora local.

El sol pasó a ser un recuerdo en el atardecer de la Florida. Las nubes negras y el viento comenzaron a anunciar lo que vendrá. Para los habitantes de la península ya comenzó la cuenta regresiva para la llegada del huracán Frances, que ya ocasionó la evacuación de 1,5 millón de personas. Aunque en las últimas horas el huracán redujo su intensidad –pasó de 4 a 3 en la escala de ciclones–, el gobernador, Jeb Bush, pidió a los habitantes que no se confíen “porque puede retomar su potencia”. Lo mismo remarcaron todos los especialistas en climatología, que no descartan que pueda ser el huracán más devastador de las últimas décadas. Hoy a las 15 de argentina (14 de la Florida), el ojo del huracán, el sector de los vientos más violentos, tocaría suelo norteamericano.
“Algunas personas se quedaron para vivir la experiencia de un huracán, pero la gran mayoría ya se evacuó hacia condados donde no va a pasar nada, aunque siempre hay posibilidad de que el huracán cambie de rumbo y vaya hacia donde nadie pensó”, contó el pastor Hugo Lucero, un argentino que vive en la costa de la Florida desde hace ocho años, y que se trasladó hasta el condado de Kendall, a una hora de la costa, donde –se supone– la tormenta no llegaría.
En los negocios de materiales de construcción, donde se venden los paneles de madera para tapiar ventanas y puertas, ya habían agotado su stock ayer a la mañana. Las góndolas de los supermercados estaban vacías –el agua mineral era lo más buscado– y las tiendas de baterías para teléfonos celulares también vendieron todo, ya que se espera que la tormenta termine con postes de luz y líneas telefónicas. Las estaciones de servicio también habían cerrado porque ya no contaban con más combustible.
En su paso por Bahamas, donde dejó un muerto, el Frances disminuyó su intensidad, bajó un punto en la escala de ciclones, pero mantiene vientos de hasta 200 kilómetros por hora con fuertes lluvias. Sin embargo, los especialistas del servicio meteorológico advirtieron que al llegar al continente podría volver a ser un número 4 y no descartaron que llegue al máximo de 5, lo que lo transformaría –con vientos superiores a los 350 kilómetros por hora– en el de mayor magnitud de las últimas décadas. Según el último informe del gobierno de Florida, el fenómeno meteorológico se desplaza lentamente y le llevará “mucho tiempo atravesar el Estado”, lo que aumentaría los daños, destacó Bush durante una conferencia de prensa.
Casi no se ven personas en las calles, todas las oficinas públicas permanecen cerradas. Según relató el pastor Lucero, el Frances encuentra a los pobladores de la Florida mejor preparados que en los anteriores huracanes. “Se concientizaron mucho sobre los cuidados que hay que tener, la televisión y la radio informan en todo momento los cambios que va experimentando y repiten todo el tiempo los lugares donde evacuarse”, relató.
Los principales centros de evacuados son las escuelas y las iglesias, que están construidas totalmente con ladrillos y cemento, algo no muy común en ese estado. “Acá las casas son como de cartón, con una trompada se rompen. Pero con el antecedente de los últimos huracanes comenzaron a hacerse como en la Argentina y en muchos casos se hacen habitaciones especialmente reforzadas, una forma de evacuarse en la propia casa”, contó Lucero.
El gobernador Bush remarcó ayer, varias veces, que “no es demasiado tarde para evacuar”. Bush se quedó en Florida y no asistió al discurso de clausura de la Convención Republicana pronunciado por su hermano, el presidente George W. Bush. “Los ciclones opacan el debate político y lo marginan”, comentó el representante republicano por Florida, Mark Foley, en el centro de operaciones de urgencia instalado en West Palm Beach, en la zona donde se encontraría hoy el ojo del ciclón.
Aunque la recomendación del gobierno era evacuar toda la costa de Florida, en la tarde de ayer todavía había personas en la playa y, en Miami Beach, un grupo de surfistas se atrevía a las últimas olas antes de la llegada del ciclón. El cónsul adjunto en Miami, Máximo Gowland, estimó que hay unos 100.000 argentinos residentes en los cuatro condados por donde podría pasar el huracán y que todos ellos tienen en sus cercanías centros de emergencia para una eventual autoevacuación. “Es difícil ubicar a los argentinos”, dijo el diplomático, aunque “eso no constituye ningún problema para los familiares porque la mayoría de los celulares por el momento se encuentran funcionando de manera efectiva”.

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Los negocios que venden paneles de maderas para tapiar ventanas agotaron su stock.
 
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