Las ciudades de Ushuaia y Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego, fueron declaradas en emergencia vial como consecuencia de un violento temporal de lluvia, acompañado por deshielos, que provocó el desborde de los ríos Turbio y Grande, que avanzaron sobre la ruta nacional número 3. El aluvión arrasó una alcantarilla, un terraplén y parte del asfalto de esa ruta que cruza de punta a punta la isla de Tierra del Fuego. La crecida abrió un socavón de más de cuarenta metros de largo y diez de profundidad. Anoche se hizo saber que, en forma precaria, se había restablecido la comunicación terrestre entre las dos ciudades fueguinas, que estuvo interrumpida durante unas 48 horas. La peor situación se vivía en la localidad de Tolhuin, a 70 kilómetros de la capital provincial. El problema se agravó en Río Grande, porque quedó inhabilitada la planta potabilizadora El Tropezón. Los pobladores se quedaron sin abastecimiento de agua potable. Por eso se suspendieron las clases por tiempo indeterminado y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, llegó a Ushuaia por pedido del presidente Néstor Kirchner.

Fernández se reunió anoche con el gobernador de la provincia, Hugo Cóccaro, y hoy hará una recorrida por las zonas afectadas por el temporal. El mandatario provincial anunció anoche que “se restableció el contacto entre las ciudades de Ushuauaia y Río Grande”. Esto se logró mediante la reparación de un puente de madera que había sido destruido por el agua, en la cabecera del Lago Fagnano, cerca de Tolhuin. El problema se desencadenó porque luego de las últimas nevadas se produjo un abrupto cambio de temperatura y las intensas lluvias hicieron desbordar el río Turbio.

Ante la situación, Cóccaro declaró la emergencia vial y se puso al frente del operativo para restablecer el tránsito por la ruta 3. El intendente de Río Grande, Jorge Martín, también decretó la emergencia en esa jurisdicción, pero por el desabastecimiento de agua potable. Eso se debe a que la planta potabilizadora local quedó anegada por el desborde del río Grande. Anoche se aguardaba la llegada de dos plantas potabilizadoras de agua portátiles del Ejército.

Cóccaro había hecho saber por la mañana que eran dos los cortes sobre la ruta 3, pero por la tarde anunció que “ya se ha rellenado uno de los socavones que se produjo en la zona de la ruta del Río Turbio y se sigue trabajando en el más grande, que es el más complicado porque todavía hay mucho caudal de agua que pasa por allí”. Hoy se produciría la habilitación para camiones, pero desde ayer por la tarde se puede circular, “con otros vehículos más livianos sí se puede llegar hasta el lugar y luego realizar el trasbordo de agua y combustible para llevarlos hasta Río Grande”.

Las direcciones provinciales de Vialidad y de Defensa Civil emitieron un comunicado conjunto en el que informan que “las rutas complementarias “b”, “d”, “h”, “a” y 23 (acceso aserradero Las Lengas) se encuentran cortadas por inundaciones” por lo que sugirieron “abstenerse de transitar por rutas aledañas”. El ministro del Interior viajó ayer a Ushuaia, en un avión de la Fuerza Aérea. Hoy partirá desde Buenos Aires un Hércules cargado con bidones de agua mineral, para abastecer a la ciudad de Río Grande. Anoche se dijo que al quedar habilitada la zona de la cabecera del lago Fagnano, se puede reanudar el tránsito por la ruta 3 para los camiones, con prioridad para los que transporten comidas y bebidas. El 98 por ciento de las provisiones llega a Ushuaia por vía terrestre.

El director del Hospital Regional, Luis Quevedo, hizo saber a la población que sólo atenderán los casos de urgencia. La limitación se debe a que la cisterna del establecimiento sólo cuenta con la mitad de su capacidad, es decir con unos 40 mil litros. Los familiares de los pacientes tienen que proveer de sábanas, porque el hospital no tiene la posibilidad de lavar la ropa blanca. Mientras tanto, se estableció un puente aéreo entre Ushuaia y Río Grande, con aviones Arava y Lear Jet 35 de la gobernación que habían sido reparados hace un par de semanas.