En el partido bonaerense de Ituzaingó, el chofer de un remise fue obligado por tres delincuentas a acompañarlos en un par de robos a mano armada contra dos comercios ubicados en las localidades de Villa Ariza y San Alberto. El remisero, que fue mantenido dentro del vehículo bajo amenaza de muerte, fue luego presionado por los ladrones a llevarlos hasta el domicilio donde vivían. Además de obligarlo a participar en los robos y posteriores fugas, una de ellas con tiroteo incluido, los tres hombres ni siquiera le pagaron el viaje. Antes de dejarlo en libertad, lo amenazaron de muerte para que no los denunciara ante la policía. El remisero cumplió el pacto de silencio, pero de todos modos fue identificado el remise, un Renault 9, motivo por el cual el chofer no tuvo más remedio que contar toda la historia.

El Renault 9 fue identificado por uno de los comerciantes que fue asaltado y su chofer tuvo que hacerse presente en la comisaría cuarta de Ituzaingo. El remisero relató que hace cuatro días una persona llamó a la agencia de remises pidiendo un auto para realizar un viaje y cuando él llegó al lugar indicado, una vivienda en la calle Santa Cruz, a pocas cuadras del Acceso Oeste, tres hombres se subieron al vehículo.

A poco de iniciado el viaje, uno de los pasajeros le apuntó con un arma de fuego y le ordenó que detuviera el vehículo en la puerta de una carnicería, donde los otros dos se bajaron y asaltaron al propietario, tras lo cual continuaron la marcha. Minutos después, los delincuentes lo obligaron a detener el automóvil frente a un quiosco, donde también funciona un locutorio. El chofer aseguró que mientras uno de los ladrones lo mantenía amenazado con un arma, los otros dos asaltaron primero a la empleada del quiosco y luego al dueño y a los clientes del locutorio, a quienes encerraron en el baño.

Entre los clientes se encontraba un policía bonaerense retirado, quien intentó detener a los delincuentes, por lo que se originó un tiroteo hasta que los ladrones escaparon en el Renault 9, con el remisero como conductor y sin que se registraran heridos. Una vez concluido el robo, los ladrones le dijeron: “Dejanos en casa”, por lo que regresó al punto de partida. El chofer cumplió todas las órdenes y apenas se quejó cuando vio que no le pagaron un peso por el largo viaje.

El remisero no hizo la denuncia, pero en el locutorio asaltado había una cámara que tomó imágenes que sirvieron para la búsqueda del Renault 9. La Justicia de Morón ubicó al chofer y luego ordenó el allanamiento de la casa de la calle Santa Cruz, donde fue detenido uno de los delincuentes, un joven de 18 años en cuyo poder se secuestró un pistolón. “Los delincuentes se reunían en esa casa y desde allí salían a robar”, explicó una fuente judicial. Los otros dos ladrones están siendo buscados.