Domingo, 29 de marzo de 2009 | Hoy
“Acá vuelve la figura del desaparecido a la Argentina, y justo en el epicentro del reclamo por inseguridad que surge en Lomas del Mirador y en La Matanza”, define Pablo Pimentel, abogado de la familia de Luciano Arruga. Página/12 le pregunta cuál es el grado de implicancia del destacamento de Lomas del Mirador en la desaparición del joven. “Estuvo detenido ahí junto con otro chico, a él lo largaron, a Luciano no porque agonizaba.” Según el letrado de la APDH hay antecedentes de casos similares: hubo dos condenas a policías por torturas seguidas de muerte (Sergio Díaz, en 2001) y asesinato encubierto como suicidio (Abel Blanco, en 2007). “Con Luciano decidieron deshacerse de la prueba”, dijo Pimentel. El abogado asegura que la fiscal Cecilia Cejas hizo en tres días lo que no accionó en 35 su antecesora, Castelli. Ahora hay medidas pendientes cuya difusión las pondría en riesgo de fracasar pero que despiertan expectativa en el abogado y la familia. Pero hay algo que quedó determinado: el peritaje judicial con perros entrenados para detectar por olfato a personas desaparecidas dio positivo, es decir que Luciano estuvo en el destacamento, los canes reconocieron el olor de la ropa del pibe. “Luciano le había contado a Vanesa que en septiembre los policías lo abordaron para invitarlo a trabajar para él, lo cual no es un hecho aislado: en varios barrios humildes los policías reclutan pibes chorros y les liberan zonas”, explicó. La APDH de La Matanza trabajó en San Petersburgo y Puerta de Hierro con padres cansados de que la policía sometiera a los pibes a que roben para ellos. “Logramos que cambien las patrullas. En tres meses cambió el espíritu de los pibes, y a un grupo les encomendaron controlar un paso peatonal del ferrocarril para que no apedreen los trenes”, relató.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.