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Tras ser aprobado el texto presentado por la oposición de izquierda, el gobierno sueco anunció que mantenía la misma política hacia Turquía, cuyo ingreso en la Unión Europea (UE) respalda. El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, condenó la moción aprobada por el Parlamento sueco y llamó a consultas a su embajador en Estocolmo. "Condenamos enérgicamente esta resolución, que ha sido formulada por cálculos políticos. No se corresponde con la amistad de nuestras dos naciones. Estamos llamando a consultas a nuestro embajador", declaró Erdogan a través de un comunicado en su página web. "Cancelamos la reunión entre Turquía y Suecia del próximo 17 de marzo", agregó el comunicado.

La moción "significa que Suecia reconoce el genocidio de 1915 contra los armenios, asirios, sirios, caldeos y griegos pónticos", informó el parlamento sueco en un comunicado.

Cuatro diputados de la mayoría de centro derecha, que dirige el país, no siguieron las consignas de voto de sus partidos y apoyaron el texto, logrando su sorpresiva aprobación.

El 4 de marzo pasado, una comisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una resolución que calificaba las matanzas de armenios bajo el Imperio Otomano como un "genocidio", a pesar de la oposición de Turquía y el gobierno de Barack Obama. Turquía llamó a consultas a su embajador en Washington inmediatamente después de la votación de la comisión, por 23 votos contra 22.

Los armenios presionan por que sean reconocidas como "genocidio" las masacres y deportaciones en las que, según afirman, más de un millón y medio de armenios perdieron la vida entre 1915 y 1917.

Turquía reconoce la muerte de 300.000 a 500.000 personas, pero alega que no fueron víctimas de una campaña de exterminio sino del caos de los últimos años del Imperio Otomano. Rechaza pues la noción de "genocidio" reconocida por Uruguay en 1965, el Parlamento Europeo en 1987, Francia en 2001, Canadá en 2004, Venezuela en 2005 y Argentina en 2007.

El gobierno de Ankara tomó la decisión de retirar a su embajador de Estocolmo y reaccionó así a la decisión del Parlamento sueco, que calificó de genocidio la matanza de los armenios y, de esta manera, votó al contrario de la recomendación del ministro de Relaciones Exteriores del gobierno, Carl Bildt.

La embajadora turca, Tergün Korutürk, dijo que era lamentable que los legisladores suecos "jueguen a ser historiadores" y anunció que abandonará Suecia "lo antes posible".

"Condenamos con firmeza esta decisión. Nuestro pueblo y nuestro gobierno rechazan esta decisión llena de errores y sin fundamento", afirmó la oficina del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en un comunicado.

"Se equivocan fuertemente los que creen que las realidades históricas y la valoración de Turquía sobre su historia cambiarán con votos de parlamentos extranjeros basado en cálculos políticos", añadió.

El presidente turco, Abdullah Gül, deploró "una falta de respeto por la historia", aunque pidió que se restara importancia a la decisión sueca.